Cambiar al mundo con ...un pulóver

¿Qué entiendes por “ropa inteligente”? No se trata, como algunos piensan, de un pulóver que se quita, se lava y se guarda solo, o una camisa cuya solapa te sopla las respuestas de un examen sin necesidad de “chivos” delatores. En el mundo del fitness, por ejemplo, son los textiles equipados con sensores y dispositivos que planifican tu entrenamiento, de tal modo que tu ropa interior pueda monitorear la quema de calorías, controlar tu respiración o vigilar los datos cardiovasculares: todo por el bienestar del cuerpo y el alma.

 Pero hay gente como el emprendedor cubano Juan Pablo Fung que entiende la “ropa inteligente” como un revolucionario soporte de libertad, expresión y autenticidad. Y con tal concepto, un sueño y la fructífera mezcla de tenacidad asiática e inventiva cubana, Fung creó Dirstuff, una pequeña empresa dedicada a la producción de camisetas interactivas, cuyos mensajes varían e incluso tienen un código QR exclusivo para compartir información personal, realizar pagos y otras aplicaciones. Fung tiene 28 años, y ha pasado los últimos siete en China, cuna de sus ancestros. Hasta el mismísimo Shanghai lo rastreó Negolution para preguntarle, en exclusiva, ¿cómo se le ocurre a un cubano una idea tan futurista como esta?

 “¿A quién mejor? El cubano hace mucho con poco. Nuestra creatividad va más allá de tener una idea que pueda venderse: la expresamos en las respuestas rápidas, la chispa, las ocurrencias. Yo era pequeño pero recuerdo los inventos cotidianos del Período Especial, y esa capacidad para innovar nutre proyectos como el nuestro. Nunca pensé que calara tanto, pero siempre supe que era una buena idea”, nos cuenta Fung.

La misma le vino como llegan las epifanías, como una revelación de la nada, por esa misma necesidad del cubano de dar rienda suelta al choteo. Al llegar a su beca tras una tarde triunfal de fútbol, quiso provocar a su compañero de cuarto dejándole un mensaje burlón pegado con imanes en el refrigerador. ¡Páf! ¿Y si pudiera hacerlo, pero en un pulóver?

Así comenzó a darle taller al proyecto del que todos hablan ahora. Con el apoyo de varios amigos de la infancia y otros conocidos en el gigante asiático, Dirstuff comenzó a dar sus primeros pasos en un rubro futurista, pero a la vez cercano. El momento es propicio, sobre todo con el boom de los wereables en el ámbito del fitness, aunque a Fung le interesa su potencial expresivo.

“Mientras la competencia se enfoca en medir indicadores corporales y tal, a nosotros nos seduce el potencial expresivo de Dirstuff, su posibilidad de gritar sin abrir la boca, de ser capaz de enviar mensajes poderosos, de ser tu vocero, de hablar por ti y no por otros.

Así, una misma ropa puede pronunciarse sobre diversas causas, desde sociales, personales y hasta publicitarias”, explica el joven cubano quien no para de soñar.

De hecho, entre sus planes destaca actualizar sus prendas con “realidad aumentada”, así resaltar el potencial educativo de su creación. Después de todo, en esencia estos pulóveres son como un componedor escolar, donde formar palabras y mensajes letra a letra. Una línea de ropa infantil tampoco estaría mal, por cierto. Como sea, a Fung le importa más marcar una diferencia que todo el dinero que pueda dejarle esta empresa. No es ingenuo, sabe que al negocio lo miden según sus ganancias, pero sus incentivos son otros. “El emprendedor tiene que luchar por su sueño y meterle corazón: si con Dirstuff y mis otros proyectos ayudo a que el mundo sea un mejor lugar, seré una persona feliz”, asegura. Cualquier semejanza con un auténtico negolutionario, no es ninguna coincidencia.

Leer más El Curioso Charly

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