Los productos “de marca” son una vieja añoranza de los cubanos y cubanas, especialmente desde los momentos de crisis económica de los años ’90. En el mercado negro los artículos de Dove, AXE, Colgate, y firmas por el estilo, tienen una alta demanda y precios exorbitantes.

La empresa Unilever, comercializadora en medio mundo de esas y otras marcas, aparenta ser una solución para reanimar su industria cosmética del país, y para el ciudadano común que no se pueden gastar su salario en un conjunto de shampoo y acondicionador.

Esa entidad, con 120 años de historia, es una de las compañías líderes en alimentos, cuidado personal y limpieza del hogar, pues comercializa más de 400 marcas y opera en unos 190 países.

El 4 de noviembre de 2016 se puso la primera piedra de la fábrica de Unilever en la Zona Especial del Mariel (ZEDM), en Cuba. La compañía holandesa tuvo que ceder a las demandas de la Cartera de oportunidades para poder pisar la “Tierra Prometida” en que se convirtió la Isla luego del deshielo político con la administración de Obama.

Vale mencionar que el retoño de esa unión, la empresa mixta Unilever Suchel S.A.

Acorde la imagen de la parte europea de apostar por el desarrollo sustentable y comprometido con un impacto ambiental y social positivo, su fábrica contará con una planta de tratamiento de agua residual que permitirá que parte de este recurso sea reutilizado para riego.

Otra de las novedades del centro manufacturero será su sistema generador de vapor de alta eficiencia, pensado para reducir las emisiones de dióxido de carbono y sus efectos nocivos para la atmósfera.

Según los reportes de la prensa oficial cubana, el costo de la inversión total de la fábrica superó los 35 millones de dólares.

Casi dos años después de que los tulipanes “plantaran bandera”, todavía no se tiene confirmada la inauguración del centro productor, aun cuando todos los reportes oficiales auspiciaban que la apertura sería a inicios de 2018.

El objetivo final es que desde la fábrica en Mariel se produzcan artículos de aseo personal, y para el hogar, de marcas de prestigio internacional y conocidas por el público cubano, como son Rexona, Omo, Close Up, Sedal y Lux.

Sin embargo, y para beneficio de los cubanos, ya Unilever Suchel S.A. está abasteciendo a los exangües mostradores de los comercios estatales en la Mayor de las Antillas.

Sobre el tema, Liz Martínez Delgado, especialista en Mercadotecnia de dicha empresa, comentó a medios de prensa cubanos que desde julio de 2017 comenzaron a incorporar en las tiendas surtidos de las marcas mencionadas, a partir de un permiso especial obtenido para importarlos hasta que finalice el montaje de la planta.

La empresa mixta introdujo en el país, por ejemplo, la gama de jabones Lux y Rexona Antibacterial, los desodorantes de la misma línea, dentríficos Close Up y Pepsodent, y variedades del champú Sedal a un precio módico en comparación con otras opciones del mercado legal e ilegal.

Realmente esos nombres no son extraños pues Unilever los comercializaba en el país desde 1994, aunque las operaciones mercantiles fueron bastante intermitentes y nunca se pensó en edificar un centro productor propio.

Por otra parte, en el contexto de la XXXV Feria Internacional de La Habana, meca de los negocios en la ínsula, Unilever Suchel S.A. promocionó una nueva entrega para el mercado interno: Sedal Keratina con antioxidantes, para la limpieza del cabello.

En el caso de productos del hogar, en las cadenas de tiendas del Estado cubano –TRD, Cimex y Caracol–, se encuentran también detergentes marca Omo y Surf, y para lavar la ropa el jabón Puro y el suavizante de tejidos Confort.
Pero, como se dice en el argot popular de la Isla, “en lo que el palo va y viene” la población sigue con su filosofía de comprar para hoy y guardar… por si se van otra vez.

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