La bahía de Mariel, situada a 45 kilómetros al oeste de La Habana, está ligada por varios motivos a los sueños y anhelos de Cuba. Hoy, con un nombre tan glamoroso como Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM), el enclave de la provincia Artemisa aspira a convertirse en el principal polo industrial del país.

Esa “carta de la baraja” de los dirigentes isleños es una zona franca con todas las condiciones para que empresas foráneas -no importa de dónde- vengan a plantar bandera y aprovecharse del mercado nacional, con 11 millones de consumidores en potencia.

El enclave paulatinamente se convertirá en el principal polo manufacturero de Cuba. Al menos ése es el sueño, sin embargo, la realidad económica que enfrenta la Mayor de las Antillas lo ha puesto en duda.

Aun así el “morbo” por penetrar uno de los mayores mercados del Caribe, que se ha mantenido casi virgen por décadas fue motivo suficiente para que más de 30 empresas de una quincena de países respondieran a la invitación del gobierno isleño.

¿QUÉ OFRECE CUBA?

La primera etapa del proyecto Mariel abarcó de 2011 a 2014, cuando se edificó la Terminal de Contenedores para el movimiento de mercancías. La financiación de 682 millones de dólares  provino del brasileño Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), durante el gobierno de Dilma Rousseff.

Según Ana Teresa Igarza Martínez,  directora general de la ZEDM, hoy el área cuenta con cerca de 29 kilómetros de autopista y otros viales, además de una línea de ferrocarril con todas las prestaciones que permiten agilizar el proceso de transportación de las mercancías.

En declaraciones al sitio web Cubadebate, Martínez informó que la terminal de contenedores en 2017 alcanzó un millón de unidades tramitadas y ya mantiene operaciones con 14 de las más importantes navieras a nivel internacional.

Otra construcción importante desde el punto de vista de la infraestructura del Mariel es el “megapuerto”, que tendrá capacidad para acoger a buques de mercancías clasificados como Post-panamax, según sus dimensiones.

Asimismo, la funcionaria confirmó que la ZEDM ha ido avanzando en las infocomunicaciones y en estructuras básicas como acueducto, alcantarillado, redes eléctricas, alumbrado público, puentes, y en general, un conjunto de facilidades que se ponen a disposición de los inversionistas.

LLAMADO “La obra del Mariel es la más importante que se está haciendo en Cuba” (…) “Estamos defendiendo el futuro económico del país“. Raúl Castro, 2014.

MARIEL HOY

Según el sitio oficial de la ZEDM (www.zedmariel.com) el Estado cubano ha invertido un promedio de 300 millones de dólares anuales solo en el desarrollo de infraestructuras de alto estándar, que ya se encuentran a disposición de los inversionistas.

En 2017, el conglomerado artemiseño recibió además un donativo de Venezuela en la forma de plantas eléctricas de pequeño formato, materiales de construcción, madera, transformadores eléctricos, camiones, entre otros insumos.

Hasta este día, en el complejo Mariel hay 35 negocios aprobados de 15 países que deberán generar 4 mil 934 empleos con una inversión de mil 226 millones de dólares, publica dicha web.

Con el empujón de este polo empresarial Cuba logró atraer un capital foráneo superior a los dos mil millones de dólares en 2017, según las declaraciones de Rodrigo Malmierca Díaz, Ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, en la última edición de la Feria Internacional de La Habana.

Sin embargo, por más grandiosas que suenen las cifras, la realidad es que todavía muchas de las empresas del Mariel no están dando frutos como se esperaba.

Tal es el caso de la empresa mixta Unilever, colaboración entre Cuba y Bélgica. Dichos productos se venden en el país con una licencia especial pese a la inactividad de la fábrica, que debía inaugurarse a inicios de 2018.

Un caso de éxito particular, el único que aparece reflejado en la prensa cubana, es el de la empresa BDC TEC. La coterránea de Unilever fabrica sensores de medición de temperatura, pizarras eléctricas industriales y sistemas de tratamiento de agua.

Según la página web de la ZEDM, los negocios en operaciones se concentran en rubros como logística, transportaciones, finanzas, electrónica, biotecnología, alimentación, aseo y cosmética.

Además de la Terminal de Contenedores ya están funcionando las empresas estatales Servicios Logísticos Mariel S.A. y el Banco Financiero Internacional S.A, y las empresas mixtas Cuba-España Financiera Iberoamericana S.A. y Logística Hotelera del Caribe S.A.

Entre las entidades operativas cuyo capital es 100% extranjero están las belgas BDC TEC y BDC LOG S.A., de servicios logísticos y transporte, junto a WOMY EQUIPMENT RENTAL, dedicada al arrendamiento, reparación y mantenimiento de equipos pesados, procedente de los Países Bajos.

Las otras naciones que ya han plantado bandera, pero todavía están en la fase de “proceso inversionista”, son Canadá (con la empresa petrolera mixta Cupet Sherrit), México, Suiza, Brasil (con Brascuba, de cigarrillos) Italia, Viet Nam, Francia, El Salvador, Rusia, Francia, Puerto Rico y Corea del Sur.

La mayoría de esos negocios fueron aprobados entre 2015 y 2016, por tanto deben pasar unos años para que empiecen a rendir lo que se espera de ellos.

Fuentes oficiales anunciaron que en 2019 el Estado Cubano comenzará a publicar la información de las inversiones extranjeras, lo cual incluye a las presentes en la ZEDM y en el resto del territorio. Hasta entonces, solo queda esperar por que la economía de la Mayor de las Antillas recupere su pulso.

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