
El proyecto Se Permuta mi clóset promueve hoy acciones vinculadas a las estaciones del año. De acuerdo con los preceptos internacionales de la moda y el lanzamiento de nuevas colecciones por temporada, resulta una propuesta más sostenible que involucra a los emprendedores cubanos.
La ingeniera civil Solanch Almanza Valdés, una de sus promotoras principales, refiere a Negolution que esta iniciativa emergió en 2021, en plena pandemia de la Covid-19, y como resultado de su interés respecto al cuidado y la salvaguarda del medio ambiente.
A partir de su investigación, asociada al universo de las tendencias, novedades y vestuarios, la joven diseñó estrategias sobre educación y consumo consciente, adaptadas a la realidad en la mayor de las Antillas.
De conjunto con otras amigas, el proyecto trascendió las redes sociales y comenzaron entonces las fiestas de intercambio de ropas de segunda mano. La primera de ellas aconteció el 20 de marzo del pasado año y tuvo expresiones similares en los meses venideros.
“Recibimos las prendas que las personas tienen acumuladas en sus casas y que no usan por diversidad de razones: ya no le sirven o no les gustan. Muchas de ellas, incluso, resultan funcionales, están nuevas y conservan la etiqueta”, explicó.
Según Almanza Valdés la propuesta estimula el concepto de la moda circular mediante el rescate y la reutilización. A ellos, se suma la idea de un bazar conformado por negocios del sector y emprendimientos, cuya actividad económica tuviera conexión con el cuidado del entorno.
“La evolución de Se Permuta mi clóset es constante, ninguna fiesta se parece a la anterior, constituyen experiencias únicas y maravillosas. Hemos aprendido cómo mejorarlas y gracias al alcance y promoción desde las plataformas digitales nos abrieron las puertas en Habana Espacios Creativos”, argumentó.