Con la reapertura del sector privado cubano en 2011, el escenario económico y empresarial de la isla tomaba un matiz anhelado pero incierto. Ante las buenas y malas experiencias de algunos negocios, cuatro jóvenes de profesiones diferentes decidieron construir una alternativa, un modelo para guiar a esos pequeños empresarios hacia el éxito. Tomaron lo aprendido en el mundo empresarial estatal del cual venían y al aplicarlo de manera creativa y práctica en el sector privado, han obtenido tal reconocimiento que pasaron de tocar puertas a recibir solicitudes de los más variados espacios.
Desde su establecimiento en octubre del 2014, el propósito primigenio de AUGE consistió en ayudar en la creación y gestión de negocios de emprendedores. Casi cinco años después y con una cartera que sobrepasa los cuarenta clientes, Lyly y Oniel Díaz, dos de los fundadores mantienen la apuesta en AUGE, y presentan además resúmenes ejecutivos sobre las regulaciones que inciden en el sector no estatal, en los cuales el contenido aparece de forma didáctica y comprensible para todos, siendo empleado por cuentapropistas, académicos, residentes en el extranjero e instituciones estatales.
¿En qué se especializa AUGE y cuál es su papel dentro del mundo del emprendimiento en Cuba?
“Cuando empezamos a buscar nombre para el negocio queríamos algo que fuera positivo porque evidentemente lo que queremos es llegar al resultado de lo que se puede alcanzar con nuestro trabajo. No se trata del auge del sector, que en aquel entonces se manifestaba, sino el punto máximo que pudiera alcanzar un negocio”, anota Lyly.
En sus inicios, AUGE se perfilaba como ideas y soluciones para emprendedores, una visión que según Oniel ha quedado superada, toda vez que se han convertido “en una consultoría estratégica integrada, cuyo propósito es llevar a hechos positivos y exitosos los proyectos y estrategias de nuestros clientes, ya sean aquellos que empiezan desde cero o los que ya tienen un negocio y necesitan una mirada externa para encontrarle solución”.
Tras sus investigaciones han descubierto problemas en la comunicación, el diseño y hasta el clima laboral. “Una de las cosas que nos piden mucho es el estudio de la competencia, del mercado, precisamente para separarse de lo ya existente”, cuenta Lyly. “Nos hemos movido a un modelo de negocio en el cual los clientes nos llaman porque tienen un problema puntual y quieren que encontremos las causas y le recomendemos como resolverlo; al más claro estilo de la relación médico-paciente”, aclara Oniel.
¿Por qué el empresariado, tanto estatal como privado, debe vincularse a AUGE?
“Lamentablemente no es posible que prestemos nuestros servicios al sector estatal. Nos encantaría hacerlo; creemos que tenemos herramientas que pueden apoyar el desarrollo de las empresas estatales. El sector empresarial cubano es enorme, pero estamos mirando a pequeñas y medianas empresas estatales que prestan servicios importantes dentro del país y cuando las ves trabajando te das cuenta de que no tienen alineados sus conceptos de negocio con lo que comunican, lo que le dicen al cliente, con el producto y los precios, y hasta con el lugar donde están enclavados”, comenta Oniel.
“Creo que los sectores estatal y privado tienen muchas similitudes, y se ven errores comunes en ambos. Podemos ver dueños de negocios privados y directivos estatales que subestiman el valor de conocer su competencia, el valor de la comunicación, de escuchar lo que les dice el cliente, de interactuar con ellos y ser capaces de, a partir de un criterio sostenido de su clientela, modificar el negocio para ser más eficiente”.
La presencia de AUGE en escenarios internacionales y nacionales introduce a la iniciativa privada de Cuba como un sector vibrante, que quiere abrirse espacio en el panorama empresarial del país a pesar de las limitaciones. Ante el reto que suponen los vacíos legales, ellos enfocan su trabajo hacia la total transparencia y una responsabilidad plena en las recomendaciones a sus clientes.
Ustedes crean muchas alianzas en su trabajo. ¿Cómo influyen en su negocio y cuánto benefician al emprendimiento cubano en general?
“Cuando encontramos un cliente que tiene un determinado problema y no tenemos las herramientas para resolverlo dentro de nuestras capacidades internas, buscamos otros equipos o personas que sí pueden tributar a la solución. Con nosotros han colaborado equipos de consultoría contable, de desarrollo de software, psicólogos, comunicadores, diseñadores; y coincidimos en que la propuesta al cliente se construye entre todos. Cinco años después, hemos involucrado a más de 25 colaboradores de diferentes disciplinas para satisfacer las necesidades de nuestros clientes en materia de consultoría”, explican.
¿Cuáles son las metas a nivel empresarial y social que tiene AUGE?
“Lo que quisiéramos –dice Lyly- es poder ser una empresa, porque ya hemos llegado a un tope, que no está marcado por el éxito económico sino porque hemos alcanzado un punto en el desarrollo del proyecto desde lo profesional, en el que si no nos convertimos en una empresa reconocida no podremos escalar a la próxima fase, que nos permitirá interactuar con el Estado e ir a trabajar a otras provincias”.
Por su parte, Oniel considera que “desde el punto de vista social la meta consiste en ser un actor importante en el desarrollo del sector privado en Cuba, con responsabilidad para apoyar a que la economía prospere. Quienes van a lograr esa prosperidad son las empresas, tanto de naturaleza estatal como privada, no el discurso ni el papel, y para que una empresa se desarrolle necesita consultoría, y nosotros estamos dispuestos a ser parte de esa transformación”.
El despegue económico nacional no debe demorar, pero debe hacerlo con un empresariado vibrante, libre, desatado de decisiones y limitantes absurdas. Cuando eso suceda AUGE estará listo para apoyar, acompañar, guiar y poner todos sus conocimientos en función de ese objetivo.