Al escuchar esto lo normal, lo culturalmente natural para la mayoría de los habitantes del hemisferio occidental es una expresión de asco o asombro en sus rostros. Lo cierto es que hace poco más de un año la Union Europea (EU) aprobó un nuevo paquete legislativo conocido como Novel Food con el objetivo de hacer que los procesos de autorización de entrada de nuevos alimentos al mercado sean más simples y rápidos; lo que añade a la variedad ya presente en el mercado de la UE alimentos saludables, nutritivos e innovadores.
Entre los eventos colaterales con los que contó la prensa en el Global Entrepreunership Summit 2019 (GES2019) con sede en la Haya y al cual Negolution fue invitado; estuvo la visita dirigida a varias stratups que intentan a través de la innovación, impactar de manera positiva en la sociedad. Una de ellas fue De Krekerij, un proyecto que busca cambiar la percepción de comer insectos y hacer que formen parte de nuestra dieta diaria, apostando por los grillos y los saltamontes. Debido a que los procesan de una manera especial, crean productos que son sabrosos y accesibles. Por ejemplo, la Krekelburger, donde se conserva el sabor único del grillo.
La carne de grillo, no sólo aporta beneficios sustanciales a la salud al no contener grasas trans (no engorda), sino que también favorecen al medio ambiente. Según el personal de De Krekerij : “Para producir un kilogramos de carne de res son necesarios veinte litros de agua, además los gases que producen favorecen al efecto invernadero. Los animales que son utilizados para elaborar sus productos tienen un impacto muy bajo, pero el potencial es aún mayor. Los grillos pueden ser alimentados con corrientes residuales de la producción vegetal que ahora se está destruyendo”.
Aunque según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 112 países se consumen insectos, y algunos como Tailandia han desarrollado toda una industria a su alrededor; no faltó quien a la hora de degustar las hamburguesas de grillo replicara con un grito desesperado de: “Primero muerto que comiendo bichos”. Yo, por mi parte la devoré enseguida, quizás porque anteriormente en México y fruto de la curiosidad que me había un artículo publicado en nuestro sexto número, ya había consumido chapulines fritos con guacamole y nada tiene que ver la textura concisa y a la vez tierna de las hamburguesas con la impresión de comer el animal entero. Si dejamos los escrúpulos a un lado y nos enfocamos en el valor proteico, el impacto ambiental y sabor formidable. De seguro que ustedes al igual que yo se harán adictos a esas asquerosamente deliciosas hamburguesas de grillo.