Las promesas incumplidas de Donald Trump a los emprendedores cubanos
De Noticias
POR María del Carmen Ramón
Cuando el presidente Donald Trump anunció, en junio de 2017, el cambio de política hacia Cuba, hizo varias promesas a los emprendedores cubanos. Les aseguró que uno de sus objetivos era empoderarlos para “garantizar mayores libertades económicas y políticas” y que su Administración permitiría a los ciudadanos y empresas estadounidenses “desarrollar lazos económicos con el sector privado de pequeños negocios en Cuba”.
Dos años después, un estudio realizado por la consultora Auge muestra que, en realidad, el mandatario no cumplió ninguna de esas promesas y que las medidas adoptadas por Washington han afectado el desenvolvimiento de los negocios privados cubanos.
Durante cuatro meses, Auge encuestó a 126 emprendedores de La Habana, que trabajan como arrendatarios de habitaciones, en el desarrollo de software y tecnología, servicios de belleza, artesanía y gastronomía. El 80,1% de los encuestados aseguró que las medidas de Trump sí los afectaban, mientras solo el 1,6% consideró que se habían beneficiado.
Entre los principales problemas identificados tras el cambio de política de Washington estuvo, en primer lugar, la disminución de la clientela. El 60% de los entrevistados señaló esto como el daño más significativo, a partir de que la Administración Trump vetó el ingreso a Cuba de cruceros de compañías como Carnival y Royal Caribbean, y eliminó las licencias para intercambio de pueblo-a-pueblo que habían incidido en un aumento espectacular del número de visitantes norteños entre 2016 y 2018.
Si tenemos en cuenta que el 39% aseveró que sus ingresos anuales dependían de los visitantes estadounidenses, entonces se comprende mejor el complejo escenario en el que se encuentran muchos negocios al día de hoy.
Otras afectaciones enumeradas por los emprendedores en el estudio de Auge fueron las crecientes dificultades para importar productos y materiales (53%) y la interrupción de inversiones en los negocios ya abiertos (40%).
Ante la inexistencia de un mercado mayorista en Cuba, no pocos emprendedores realizaban compras en Estados Unidos para abastecer sus negocios. Un 60,3% de los consultados aseguró que habían importado o comprado a un tercero, productos que llegaban de Estados Unidos. En la extensa lista aparecían desde herramientas, materias primas, alimentos hasta hostings y dominios para sitios web.
Por otra parte, desde el inicio del deshielo durante la Administración Obama y hasta finales de 2016, Estados Unidos otorgó más de 78 mil visas de no inmigrantes a cubanos. Esta ruta alternativa para abastecerse también quedó cerrada para los emprendedores, ya que Washington eliminó la visa B-2 con validez por 5 años.
Asimismo, si en el período de Obama en la Casa Blanca fue común que emprendedores participaran en diferentes eventos y recibieran capacitación para impulsarlos en su desarrollo como empresarios, esos contactos quedaron bruscamente cortados por las medidas de Trump.
Los cuentapropistas recomendaron a la Administración Trump tres pasos que, de seguirse, repercutirían positivamente en sus negocios. La sugerencia más repetida fue reanudar el proceso de normalización de relaciones entre los dos países (73%), eliminar el Bloqueo que ha estado en vigor por más de seis décadas, ahora reforzado con la aplicación del título III de la Ley Helms-Burton (69%) y ofrecer acceso a más programas de formación en centros estadounidenses (40%).
Además, aunque con un menor grado de consenso, pidieron retomar la concesión de visas B-2, reiniciar los servicios consulares de la Embajada de Estados Unidos en La Habana y permitir que capitales estadounidenses pudieran invertir en negocios privados cubanos.
Varias de las recomendaciones de los emprendedores coinciden, en gran medida, con las promesas de Donald Trump, dos años atrás, cuando decidió congelar las relaciones entre los dos países. Las palabras del mandatario estadounidense, al parecer, se las llevó el viento o quedaron prisioneras de una política obsoleta.