La llegada del Internet por datos ha significado un cambio radical a la cotidianidad de los cubanos. Aunque aún mantenemos un uso constante de las redes sociales, varias personas han dado rienda suelta a su talento con la creación de plataformas web y aplicaciones, que contribuyen a resolver situaciones que no por comunes, dejan de ser vitales. Uno de esos emprendedores es Rancel Ruana, joven informático y programador a quien vivir la experiencia de Uber, aplicación mundial para el transporte, le sirvió de inspiración para desplegar un modelo más cercano a las peculiaridades de esta isla.
Cuando a finales de 2018 dan el pitazo de arrancada para los datos móviles, Rancel sacó de su gaveta este proyecto que tuvo en espera por dos años, puso manos a la obra y el 14 de febrero de 2019 ya estaba disponible para los sistemas iOs y Android. La aplicación para solicitar taxis Bajanda, tiene una amplia usabilidad por la sencillez del procedimiento y su bajo consumo de datos; además de su identificable nombre que ya la han hecho muy popular, incluso entre reconocidos artistas.
¿Qué distingue a Bajanda de otras aplicaciones similares cubanas e internacionales?
La diferencia que tiene Bajanda y Uber, que funciona en la mayor parte del mundo, es que aquí los pagos son en efectivo y directos al chofer una vez que se termina el viaje. Otra de sus características son las categorías de estándar, confort y autos clásicos, creadas por nosotros y sobre las cuales otras personas se han inspirado para sus propias aplicaciones.
Puedes hacer reservas, seguir a los choferes en tiempo real, tienes un estimado inicial del precio, garantiza la seguridad del pasajero al tener acceso al número de la policía y tus contactos de emergencia, cuenta con un sistema de premios por invitaciones a usar la aplicación; pero realmente nuestro punto diferencial creo que ha sido el trabajo en las redes sociales, sobre todo Instagram, donde muchas personas comparten sus viajes, porque no queremos que sea solo una aplicación, sino sobre todo lo que puedes hacer con Bajanda más allá del servicio.
Uno de los temas más complicados, comenta Rancel, ha sido ganarse la confianza de usuarios y choferes, ya que hacer comprender que con una aplicación puedes hacer que un taxi pase a buscarte o que tendrás más viajes garantizados sin perder tiempo, es algo que requiere un cambio de mentalidad.
¿Cómo han efectuado la captación de choferes y medido el impacto de uso de la aplicación?
Hemos hecho la captación de boca en boca, algunos nos han visto en las redes, pero la mayoría ha llegado a través de otros choferes. Ha crecido de forma orgánica porque ellos mismos han notado que funciona, se lo recomiendan a otros y los traen a la oficina para que los registremos. Sin embargo, no tenemos números absolutos porque, aunque tengamos ahora cerca de 1400 choferes registrados, lo importante radica en aquellos que trabajan a diario y se mantienen con la aplicación en funcionamiento.
Un concepto que siempre tuvimos claro desde el inicio es que los choferes son nuestros clientes y somos nosotros quienes les brindamos un servicio a ellos. Usar Bajanda les representa un ahorro de combustible porque no tienen que salir a buscar pasaje, les otorga seguridad cuando manejan de noche, no tienen que hacer piquera y se despejan del estrés de trabajar un determinado número de horas o en horarios complicados. Con todo esto, el 98% de nuestros viajes están catalogados de 4 y 5 estrellas; y cuando hay algún problema nos comunicamos de inmediato con la persona y prestamos una atención especial a ese cliente.
¿Quién o qué determina las tarifas de los viajes?
Aun cuando en la aplicación sale el precio del viaje, nosotros no determinamos este valor. La tarifa se establece por diversos factores, entre ellos la categoría del vehículo, la distancia y el tiempo, así como por un precio base que cada rango de automóvil posee. Hemos comprobado que si bajamos los precios a la mitad los choferes sencillamente no usan la aplicación, y si los subimos son los usuarios quienes se retiran. El precio actual es un equilibrio entre lo que están dispuestos a pagar los usuarios y lo que quieren cobrar los choferes.
Cualquier servicio de taxis que llames por teléfono, vaya a buscarte a tu casa y te transporte solo a ti, no es económico en ninguna parte del mundo. Es un servicio para situaciones determinadas, no para moverte diariamente al trabajo. Hoy mismo muchas personas utilizan Bajanda para compartir viaje entre amigos que están en diferentes puntos y van hasta un lugar final común; además de que hemos tenido casos que lo utilizan para hacer compras. Ojalá en algún momento podamos ofrecer otro tipo de servicios que sean más económicos.
¿Cómo funciona este modelo de negocio y que resultados les ha dado?
Solo cobramos el 15% de cada viaje, no importa su categoría (Uber puede obtener hasta el 33% de la tarifa), porque lo hacemos para que pueda pagarse a sí mismo. Todavía no hemos recogido ningún tipo de ganancia considerable, solo estamos tratando de crecerlo, de convertirlo en una alternativa que más personas usen cada día; ya que para convertirlo en un negocio rentable debería existir un volumen muy grande de viajes diarios. Somos un negocio que ya se para por sí solo, pero que todavía no genera ganancias concretas.
¿Por qué vincularse a bares, restaurantes, revistas, talleres?
Siempre he sido de la idea de que entre todos podemos ayudarnos y ese impacto que hemos tenido en las redes nos ha llevado a acercarnos a otros negocios y emprendimientos. Hemos colaborado con varios restaurantes, con fotógrafos a quienes ayudamos con sus sesiones, con Jhonnie Walker o con Giorgio; siempre estamos buscando la forma de colaborar con otros sin que necesariamente tenga que mediar un pago. Lo que quiero es que mis clientes o mis usuarios tengan una ventaja o beneficio extra cuando viajen usando un Bajanda; que no sea solamente un viaje, que sea un estilo de vida, que puedan complementarlo con sus asuntos diarios y que se vea como algo más que una aplicación.
Para el pequeño equipo de Bajanda el futuro se reduce a la búsqueda de alternativas que funcionen para choferes y usuarios, en llegar a un punto en que la confianza en ellos y la demanda sean tales que puedan insertar otras opciones de transporte más económicas, para de ese modo seguir marcando el destino de quienes se mueven por la capital cubana.