La pandemia de la Covid-19 sin dudas ha supuesto retos constantes para todas las esferas, desde la cultura, el deporte, la economía, el transporte, y por supuesto al sector de la salud, cuyo personal ha sido el más vulnerable de sufrir la enfermedad, por el trato directo y constante con pacientes contagiados.
Desde finales de marzo de 2020 cuando buena parte de los gobiernos del planeta cerraron sus fronteras y exhortaron a sus ciudadanos a comenzar el confinamiento, empezaron las interrogantes acerca de cuántos esfuerzos sería necesario hacer, a nivel global, para frenar la propagación del nuevo coronavirus, cómo debían interactuar las economías, y a todas estas preguntas se sumó otra duda: ¿Serían los robots un recurso efectivo en este escenario tan complejo?
La respuesta fue sí, y su gran aporte quedó más que demostrado con las iniciativas puestas en práctica principalmente en China, para atender a pacientes con la ayuda de robots.
Su potencial sobresalió en tres áreas principalmente: atención médica, logística y reconocimiento, aunque también desarrollarían un importante trabajo en las tareas de mantenimiento de las funciones socioeconómicas en la etapa de recuperación de la pandemia, pues permitirían que una amplia gama de operaciones funcionaran de manera remota.
Si bien ya se habían utilizado aplicaciones para el testeo y control de pacientes, el uso de nuevas tecnologías necesitaba ir un paso más adelante, principalmente en el trabajo con pacientes y en la sanitización de espacios comunes.
Varias empresas chinas se dedicaron de a lleno al desarrollo de este tipo de tecnologías automatizadas, para llevar paquetes sin que hubiera contacto entre humanos, a crear pulverizadores desinfectantes o realizar funciones de diagnóstico básicas, a fin de minimizar el riesgo de infección y disminuir los contactos entre personas.
Uno de los primeros actores en entrar al juego fue Pudu Technology, una empresa fabricante de robots para la industria de la restauración, que logró la instalación de máquinas en 40 hospitales de todo el país. Su labor fue asistir al personal de la salud en la distribución de medicinas, y alimentos a las personas contagiadas en sus camas y habitaciones; lo que permitió la reducción de probabilidades de contagio directo y cruzado.
En el corazón de la epidemia de coronavirus en China, en la ciudad de Wuhan, se desplegaron todo tipo de tecnologías para luchar contra la enfermedad, desde robots desinfectantes, cascos inteligentes, drones equipados con cámaras térmicas hasta un avanzado software de reconocimiento facial.
MicroMultiCopter, una empresa con sede en Shenzhen, desplegó drones para transportar muestras médicas y realizar imágenes térmicas. Mientras tanto, se ha utilizado la inteligencia artificial más avanzada para ayudar a diagnosticar la enfermedad y acelerar el desarrollo de una vacuna: Alibaba, el gigante chino del comercio electrónico, afirma que su nuevo sistema de diagnóstico basado en inteligencia artificial puede identificar una infección por coronavirus con una precisión del 96%.
Por otro lado, SenseTime, empresa líder de inteligencia artificial, instaló un software para controlar la temperatura de una persona sin que haya contacto en estaciones subterráneas, escuelas y centros comunitarios en Pekín, Shanghái y Shenzhen.
Más que un reemplazo del personal médico, el desarrollo de software y robots ha sido una contribución importante al tratamiento de pacientes, el suministro de medicamentos o entrega de alimentos, sin ser susceptibles de contagios, además de permitir el monitoreo a distancia de personas con síntomas leves. Así, al analizar estas ventajas cada vez más países aprovecharon la experiencia de Asia y se suman al uso de robots en los hospitales y en diferentes espacios de la vida en las ciudades.
Podría pensarse que la robótica y la inteligencia artificial “amenazan” con automatizar una buena parte de las tareas que hasta ahora realizan los seres humanos, pero en casos como este, de grandes pandemias, han demostrado ser una buena ayuda, aunque por supuesto no es la única nueva tecnología que puede emplearse contra estas emergencias.