Tostonet

Liber Puente Baró terminó la carrera de Ingeniería Mecánica en el 2000. Luego de haber sido buen estudiante en las asignaturas de Matemática y Física, tuvo un temprano acercamiento a la computación, y desde que llegó a Cuba, luego de algunos viajes al extranjero, incursionó en la programación, el internet e incluso las redes sociales. Esa formación y recorrido le han permitido tener una visión, a largo alcance, de lo que podía lograr con la fusión de todos esos saberes, a los cuales se suma también “el arte de la diplomacia”, tras 12 años de trabajo en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba. Lo bueno y lo malo de la curiosidad de gente como Líber Puente es que muy pocas veces encuentra freno. Quizás por eso surgió Tostonet. Junto a un amigo con conocimientos informáticos, y sus nociones de servicio y de emprendimiento, Liber logró fundar lo que en meteorología se califica como “la tormenta perfecta”. Dos días antes de la inauguración decidieron combinar el nombre de un platillo típico de su país con términos tecnológicos para darle una sello distintivo a su negocio en común. Así, el 23 de octubre del año 2012, día también de su cumpleaños, comenzó a funcionar el Taller de Laptops Tostonet.

¿Qué caracteriza al proyecto? El negocio ofrece servicios de reparación, mantenimiento e instalación de softwares para laptops. Con esas funciones empezamos; luego incorporamos las impresiones. Por eso al principio se llamaba “Servicios informáticos y de imagen”. Es un emprendimiento público, enmarcado en la ley, que brinda servicios a una amplia gama de clientes. Nos caracteriza el hecho de crear cosas nuevas en medio de un contexto con situaciones criticables. Todo tiene un proceso en cuanto a la adquisición, explotación, recuperación, y después salida, de muchos de los componentes o elementos reutilizados de las máquinas. También habíamos previsto que si conseguíamos los materiales, podíamos generar soportes de identidad visual pequeños (Tarjetas o plegables). Ese amplio diapasón nos permitió trabajar para empresas y entidades como Softel y el Congreso de la Sociedad Cubana de Farmacología. Desde entonces constituye uno de los servicios que más brindamos, sobre todo a instituciones cubanas. Por otra parte ampliamos la línea de desarrollo de software gracias a las nociones de programación que teníamos.

 

¿Qué otros proyectos  desarrolla Tostonet? Me apasiona el magisterio, por eso imparto clases sobre cómo utilizar las tecnologías para los negocios. La Universidad de La Habana me ha dado esa posibilidad. Después de todo, nadie sabe a ciencia cierta los pros y contras del negocio por  cuenta propia en Cuba hasta que lo vive en carne propia. Tostonet también intenta cooperar con su comunidad, para ello intenta informatizar la captura de datos de temas epidemiológicos en los Consultorios del Médico de la Familia. De esta manera el profesional de la salud no se sobrecarga con la cantidad de tareas que tiene sobre sí. Dígase la atención del Programa Materno-Infantil, epidemiología, entre otros temas y tareas. Nuestras características climatológicas y naturales requieren un mayor control epidemiológico que esté montado sobre un sistema informático que funcione bien. Por otra parte fomentamos el reciclaje y la reutilización. Numerosas empresas cubanas desechan sus equipos por la más mínima rotura y refieren adquirir uno nuevo.

Contamos con las herramientas para no repetir la ideología de países del primer mundo, donde se  bota y no se repara. Recordemos nuestra condición de nación pobre. Así lo que creemos obsoleto gana en utilidad. Con el cúmulo de esas máquinas se podría armar una que como fin se emplearía en las escuelas de la comunidad.

¿Resulta difícil mantener a flote un negocio privado en Cuba? Cuando empezamos no había muchas cosas que funcionaran bien en el ámbito de los negocios. Roberto González, mi socio, por mucho tiempo compraba, vendía, arreglaba todo lo relacionado a informática. Por mi parte, los viajes y las relaciones con entidades, instituciones y empresas, suponían guías y posibles clientes. Nos aportábamos saberes diferentes. Formábamos, lo que se dice en mecánica, el ensamble perfecto. A Tostonet lo construimos desde cero, lo desarrollamos y convertimos en algo estable. El negocio es como un barco, que además navega en distintos tipos de aguas. Si a eso le agregas que se acerca a una tormenta perfecta, no basta con  ser buen timonel, también debes tener equipo y habilidades. En medio de la tormenta el barco es más fácil que se hunda. Por suerte, siempre tuvimos la convicción de mantenernos a flote.

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