Delavida y el éxito avileño de la cosmética natural
POR Arletis Arango Oña
Para algunos la pandemia fue una etapa de pausa y estancamiento. Para otros fue la oportunidad perfecta para crecer y emprender. Yunet Pérez Pérez, una de las creadoras de Delavida escogió la segunda opción y encontró en la elaboración de productos de cosmética natural una pasión oculta.
Este proyecto de desarrollo local que nació en una casa de Ciego de Ávila está presente en varias zonas de Cuba, y aunque nunca han comercializado ni publicitado sus jabones o mascarillas como medicinales, los especialistas en dermatología, que ya conocen su cartera de productos, recomiendan su uso.
Por eso el equipo de Negolution quiso conversar con la familia de Delavida y con su jefa de comunicación Amanda Tamayo Rodríguez (Agencia de Marcas Inspira), para acercarnos al quehacer del negocio durante estos años.
¿Cómo surge el emprendimiento?
Yunet: La historia real es que surge a partir de mi necesidad de evitar las grandes colas que se hacían para comprar productos de aseo y limpieza. Me propuse elaborarlos para mí, pero aquella idea tomó una forma más seria y me obligó a plantearme la posibilidad de crear un negocio. Comencé a estudiar y a recibir clases de la española Herlen Moreno y del Instituto de Dermocosmética para lograr una fórmula saludable para la piel, que me representara, y que además fuera responsable con el medio ambiente.
¿Cuánto ha crecido Delavida desde su fundación en 2021?
Yunet: Hoy producimos ungüentos, bálsamos, 29 tipos de jabones artesanales; elaboramos una línea de limpieza que incluye las virutas de jabón; y contamos con una fábrica de desengrasantes, desincrustantes, aromatizantes y detergentes tanto en formato sólido como líquido. Próximamente estrenaremos Frescura, un ungüento que se asemeja al Manzatín-E y que esperamos que goce de la misma popularidad que el resto.
Para nosotros todas las líneas son especiales, pero le tenemos mucho cariño a la saponificación en frío, por la que apostamos desde el principio.
Y si hablamos de crecimiento tenemos que mencionar al equipo que me acompaña. Iniciamos apenas dos personas y hoy nuestra familia la integran 34 trabajadores que se encargan de elaborar el mejor y más completo producto para nuestros clientes. Y por supuesto, tenemos que incluir el privilegio de ser los primeros cosméticos del país en certificarse por el Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología (INHEM).
Amanda: No podemos olvidar que este es un negocio que se encuentra fuera de la capital y por tanto tuvimos que educar a quienes no estaban acostumbrados a interactuar con estas elaboraciones artesanales. Abrimos un camino que no solo ayudó a elevar la cultura empresarial y la publicidad de las marcas privadas, sino que hizo crecer otros emprendimientos gracias a la colaboración con productores de algunas de las materias primas que utilizamos como los aceites de coco y girasol.
¿Qué los distingue de otros emprendimientos de este tipo?
Amanda: Desde que se creó la marca se pensó en un negocio de cosmética natural y artesanal con la diferencia de que la producción fuera en grandes volúmenes y con una capacidad para abastecer de forma mayorista a mercados de todo el país. Gracias a nuestros socios comerciales llegamos a los Cayos del norte de Ciego de Ávila, a Pinar del Río con Artex, a La Habana con Cafuné, así como a Santa Clara, Camagüey y Sancti Spíritus. Todo esto sin desestimar la fabricación artesanal.
¿Qué más se puede esperar de Delavida?
Yunet: Nuestra meta es dar un salto considerable en la cantidad de productos que diariamente salen de nuestra fábrica, mantener la calidad y continuar con el estudio de nuevas tendencias en cosmética para ofrecerle a nuestros clientes artículos variados sin perder la esencia.