1,2,3,4… Amanda enseña y contagia con danza “a lo cubano” en Finlandia

Finlandia ha sido un reto en todos los sentidos para Amanda Barreiro, una cubana instructora de bailes latinos que llegó al país nórdico hace apenas 13 meses y va abriéndose camino uniendo pasión y trabajo en la danza.

Graduada de Comunicación Social en La Universidad de La Habana en Cuba, pero una ferviente bailarina siempre, Amanda vive actualmente en Porvoo, la segunda ciudad más antigua de Finlandia, situada a 52 kilómetros de Helsinki, la capital de dicha nación europea.

Tras graduarse en Cuba, ejerció como especialista comercial de restaurantes del Centro Histórico de La Habana, y más adelante continuó con esta profesión en el Café Laurent hasta marzo de 2020 con la llegada de la pandemia de Covid-19.

Amanda nunca ha dejado de reinventarse, y prueba de ello son sus semanas llenas de música y movimiento en Finlandia. En ese país unió su amor por la danza con sus conocimientos y allí se dedica a impartir cuatro clases de bailes en distintas instituciones de enseñanza, también ofrece una al aire libre, y, además, lecciones privadas en las cuales el cliente puede elegir entre salsa, bachata, rumba, merengue, reguetón o todos.

“En estos momentos, coincide con la temporada de verano, donde las clases son menos y ha cambiado totalmente mi dinámica, pero ofrezco lecciones de bailes latinos en tres salones, clases al aire libre, privadas y también me contratan en eventos para guiar a los invitados al estilo Latin Mix que es muy divertido”, explicó.

Cada martes ofrece su lección de Latin Mix al aire libre, en el parque central de Porvoo, una actividad muy solicitada en Finlandia debido al corto periodo con un clima adecuado para ello.

Amanda enseña en sus clases un mix de varios ritmos latinos. Le gusta combinar principalmente salsa, bachata y merengue. Se suelen practicar pasos básicos y técnicas y luego se realizan coreografías o frases cortas con la música.

También ofrece lecciones de bailes cubanos a mujeres en Studio Shake en Helsinki: Cuban Salsa & Rumba.

“En estas clases bailamos salsa cubana combinada con rumba y luego de un divertido e intenso precalentamiento, enseño la técnica y los movimientos femeninos del cuerpo, así como la práctica de coreografías con este estilo. Siempre terminamos con un non stop con dos o tres canciones en las que nos ponemos a bailar como si estuviéramos en una fiesta en Cuba” (VIDEO EN FACEBOOK DE AMANDA)

Los jueves, en otro estudio en Porvoo llamado Wellbeing by Sara, especializado en la práctica de diversos ejercicios físicos,  guía a sus estudiantes en Fit Latin Dance, un estilo bien parecido al Zumba, que se caracteriza por ser un divertido cardio combinado con bailes, especialmente latinos.

“A la vez que comparto mis conocimientos de baile a finlandeses y personas de otras nacionalidades que viven acá, aprendo a bailar bachata sensual en la escuela Helsinki Salsa Academy (HSA).

El estilo Sensual en la Bachata no es popular en Cuba y actualmente muy pocos cubanos lo conocen y bailan. No obstante,  es muy solicitado en Europa y en este país es muy requerido, así que lo aprendo porque me gusta y porque luego de la Salsa es el baile que más se practica”, añadió.

“En HSA también formo parte del ShowTeam, y nos hemos preparado para presentar en Finlandia, Suecia y  Lituania, 2 coreografías en mi opinión, muy lindas, proyectos que me han ayudado para mejorar mis habilidades en la danza y contribuyen a que más personas me conozcan y deseen aprender conmigo este arte tan liberador…”, explicó Amanda.

“Para los finlandeses ejercitarse de alguna forma es súper importante en cada estación del año: durante los meses fríos es vital para todos realizar varias actividades Indoor, relacionadas con el ejercicio y el baile ocupa un lugar importante en sus preferencias, y, por otra parte, en los pocos meses de calor, todos aprovechan para disfrutar del buen clima y se baila afuera”, comentó Amanda.

Puntualizó además que, en el caso de los finlandeses amantes la música y bailes cubanos, no solo se interesan por aprender el baile, sino también por conocer la cultura de la isla, el idioma y participan en viajes a Cuba para familiarizarse más con la idiosincrasia del país. “Resulta interesante ver a algunos que, muy influenciados, adoptan hasta nuestras maneras de hablar”, añadió.

En cuanto al reto de adaptarse a un país como Finlandia y la experiencia de emprender con los bailes cubanos, señaló que ha sido un “desafío enorme”.

“El mayor trabajo en Finlandia ha sido darme a conocer. Hacer la diferencia para atraer clientes requiere muchísima responsabilidad. A inicios no me conocía nadie, no tenía seguidores de este país en mis redes sociales, especialmente en Instagram y poder llegar a las personas para comunicar este servicio sigue siendo muy  complejo. No puedo depender solo de la promoción de las escuelas en las que trabajo”, describió.

Sobre el uso de las redes sociales con dicho fin laboral, Amanda detalló que el trabajo en esos espacios digitales fue muy complicado porque su uso en Finlandia es muy diferente a Cuba o Latinoamérica en general.

“Primero, muchísima gente tiene sus cuentas en privado, no sabes muy bien quiénes son, y es muy difícil enviarles una promoción de mis servicios. Luego, casi todos prefieren Facebook, y yo habia dejado de gestionar esta red social. En realidad  fui identificando  a mi público meta porque seguían otras cuentas de escuelas de bailes a las que estoy asociada”, añadió.

Por otro lado, indicó, el mercado es pequeño: Finlandia es un país con poco más de cinco millones de habitantes y no les interesan mucho las redes sociales, comparado con otras nacionalidades, por lo que fue complicado hacerse de un grupo que se cautivara con sus propuestas.

“Hace unos meses comencé a tener más seguidores en Instagram e interesados por mi trabajo.  Además, tuve que innovar en la metodología para impartir clases y hacerlas cada vez más dinámicas, tratar de no repetirme y a la vez adaptarme a su estilo de aprendizaje”, puntualizó.

A ello se suma el idioma que resulta “verdaderamente un reto para todo el que llega y cuesta muchísimo aprenderlo”.

“En estos momentos avanzo poco a poco en este sentido gracias a un curso intensivo que estoy recibiendo. Sin embargo, no ha sido una barrera para mí con respecto a mis instrucciones de baile, pues la mayoría de mis estudiantes hablan o entienden bien el inglés, idioma con el que me comunico en Finlandia”, apuntó.

“A propósito, resulta complejo encontrar trabajo en otro idioma que no sea el finés. Incluso, el inglés, queda por detrás del sueco a la hora de ser aprobado en un puesto laboral y el finés es como un juego de lego: hay que formar las palabras como si fuesen un grupo de piezas, la verdad es que su gramática es diferente a la nuestra y se torna muy díficil”, declaró.

Antes de llegar a Finlandia, Amanda vivió junto a su esposo en Uruguay y fue él quien la impulsó para que retomara el baile en ese país y enseñar danza.

“En territorio uruguayo resultó más fácil iniciar el proyecto, pues cerca de la casa había un gimnasio en el cual enseguida el director accedió a mi propuesta y aparecieron muchos clientes. Llegué a tener un grupo de muchos alumnos-amigos, apasionados por la Rueda de Casino y la Bachata.

Entre ellos varios trabajadores de una empresa finlandesa en Uruguay, y por ahí se conecta la historia y los motivos por los cuales hoy vive en la nación nórdica.

Ninguna de las pruebas de fuego por las que atravieza un inmigrante, ha hecho que Amanda deje de sonreír a la vida, lo que se manifiesta claramente en sus presentaciones de baile, y la alimenta además, el amor de los finlandeses por los bailes cubanos.

Los finlandeses, señala Amanda, están enamorados del estilo de baile cubano. La primera escuela de salsa creada en este país la fundó en 1993 el cubano Miguel San, precursor también de la celebración del Festival de danza “Baila Baila”, el cual auspicia el centro educativo de ritmos cubanos y en el cual también ha participado Amanda.

“Nuestra forma de bailar enamora a los finlandeses por la energía y alegría que transmite”.