Akokán: pequeñas acciones, grandes cambios

Transformar una localidad marginada por el resto de la sociedad, es una tarea más que compleja. Dentro del municipio Marianao en La Habana, se ubica el Consejo Popular Pocitos-Palmar, asentamiento que surge formalmente en 1858 y que actualmente lo habitan personas provenientes de diversas provincias de Cuba.

Entre sus pobladores está Michael Sánchez Torres, licenciado en Preservación y Gestión del Patrimonio Histórico Cultural y a su vez, Coordinador General del Proyecto Comunitario Akokán, iniciativa civil sin fines de lucro que crea espacios participativos y solidarios impulsando el desarrollo del lugar.

Siendo profesor del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, Michael trasladaba a sus alumnos a los sitios patrimoniales y arqueológicos que se encuentran en la comunidad. Lo que comenzó como un proyecto de extensión universitaria en el 2016, es hoy el motivo de alegría y la vía de aprendizaje de muchos de los habitantes de Los Pocitos.

Akokán, término que en la religión afrocubana, dentro de la santería, o Regla de Osha significa Desde a corazón, refleja la identidad y cultura de este barrio. Para poder sustentar la economía del proyecto, Michael y su esposa Déborah Vásquez Tamayo, crean el Café Oddara (expresión que significa “Todo está bien”), emprendimiento social que destina un 30% de sus ganancias al desarrollo local del poblado, a través de Akokán.

Los pequeños de la familia son los protagonistas de prácticamente todas las acciones que realizan los miembros del equipo de Akokán. Talleres sobre plantas medicinales, agricultura sostenible, narración oral, arte culinario, dibujo e inglés, son algunas de las actividades que promueve cada mes el proyecto.

Sin embargo, llegados los primeros casos de Coronavirus en La Habana, deciden cerrar el proyecto por un tiempo breve para elaborar un plan de acción comunitario nombrado “Los Pocitos Reciliente Covid 19”. El objetivo de esta decisión, fue transformar todo el trabajo que realizaban diariamente, ya que el modelo de gestión de Akokán se vio afectado por la pandemia.

De igual forma, crearon una red de apoyo mutuo en Facebook, donde los usuarios ofrecen o solicitan ayudan. Esta iniciativa, ha dado alimento a más de 50 personas y se han donado más de 2500 nasobucos y 50 mil posturas de plantas.

En este último año, el Proyecto Akokán junto a emprendedores, voluntarios e instituciones sociales, han estado fortaleciendo y tejiendo una Red de iniciativas económicas que comparten valores de responsabilidad social y ambiental, que defienden las potencialidades de la comunidad de Los Pocitos y priorizan el uso de recursos y saberes locales.

Asimismo, diciembre trajo el Festival de Arte e Innovación Akokán. La Covid- 19, conllevó a que el evento se trasladara a las plataformas virtuales sin impedir, a pesar del contexto epidemiológico, la participación presencial.

Pero Michael no piensa solo en Los Pocitos. Él, sin importar las dificultades, colabora con barrios como Buena Vista, y durante el tornado que azotó a la capital hace dos años, brindó ayuda humanitaria a 12 comunidades vulnerables que se vieron afectadas a causa de dicho desastre natural.

Su sueño, es que Akokán sea en el futuro una ONG reconocida internacionalmente, y así continuar impulsando pequeñas acciones para lograr grandes cambios.

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