Luis Alberto Alonso es una persona muy creativa. Dice que si hubiera tenido las aptitudes le hubiera gustado saber pintar o componer música, sin embargo, la forma de expresar su creatividad le llegó a través de otro arte: el floral.
“Las flores son un idioma más”, asegura, pues a través de ellas se puede decir mucho sin la necesidad de usar las palabras, y es esta magia implícita lo que lo ató a ellas.
Su primer contacto con el mundo de los arreglos florales fue en el año 2006 a través de un amigo, y aunque reconoce que no fue un camino fácil por la falta de escuelas para aprender este oficio en Cuba, para él fue amor a primera vista.
“Creo que más bien este trabajo me escogió a mí. Yo lo desconocía por completo y poco a poco me fue atrapando, cuando me di cuenta ya se había convertido en mi prioridad, en mi mundo. Cada vez quería hacer más y conocer más, y llegó un punto en que me convencí de que esto no era temporal, sino algo a lo que quería dedicarme en cuerpo y alma”, asegura.
Comenzó trabajando como florista en una de las tiendas de la Compañía Turística Habaguanex S.A., luego formó parte, durante 5 años, de la compañía orgnizadora de eventos Aires de Fiesta, pero en el 2017 decidió que era hora de comenzar a trabajar de manera independiente y crecer como profesional.
“Empecé haciendo arreglos florales para varias compañías, y ya tenía algunos clientes habituales que conocían mi trabajo desde hacía años. Colaboré también, por ejemplo, con la fotógrafa May Reguera, cuyos trabajos ha publicado la revista Vogue, y fue una experiencia muy placentera porque pude probarme en ámbitos distintos a los acostumbrados; y eso me dio mucha seguridad”, recuerda.
Trabaja mucho con rosas, lirios, crisantemos, claveles, pero también, en ocasiones, con heliconias, alpinas, aves del paraíso, girasoles porque muchos de sus clientes prefieren las flores tropicales.
“Para mí la posibilidad de crear, de imaginar, sobre todo después que decidí independizarme, fue entre otras cosas para esto, para poder hacer valer mi opinión, crear mis diseños; es lo que hace especial este oficio”.
Sus trabajos tienen una escencia diferente, no son solo flores agrupadas que forman ramos, o centros de mesa, sino que marcan la diferencia. Quizás por eso han llegado hasta las manos de personalidades como Madonna, quien celebró en Cuba su cumpleaños 58, Karl Lagerfeld, Michelle Obama, la princesa Carolina de Mónaco, o los Rolling Stones, por solo citar algunos ejemplos.
“Es una gran responsabilidad porque son personalidades muy importantes, con gustos muy específicos, y hay que estar a la altura; por suerte he salido airoso de cada uno de estos trabajos”, cuenta.
Para Luis Alberto el mayor reto en la actualidad es continuar superándose. “Como mi formación es completamente autodidacta, ahora mismo estoy estudiando en la Escuela de Diseño Floral y Paisajismo de Cataluña, porque hay que estar en constante superación para ser competitivo, y nunca podemos conformarnos con lo que sabemos”.
Este joven floristero se considera un hombre de éxito y muy afortunado, pues tienen la dicha de trabajar en lo que le gusta y ha conseguido las metas que se ha propuesto en la vida.
A pesar de lo efímero de la vida de las flores, esto no le resta trascendencia ni importancia a su trabajo. “Las puestas de sol son efímeras, pero si ves una con la persona adecuada, mantendrás ese recuerdo durante mucho tiempo. Y sí, sé que las personas me recuerdan a mí y a mi trabajo, porque con frecuencia recibo encargos de clientes nuevos que llegan a mí a través de personas para las que he trabajado con anterioridad, y que me han recomendado”.
Entre sus planes futuros está abrir una floristería, un lugar con encanto donde los clientes no solo puedan comprar flores sino postales y detalles para regalar, diseñados por él mismo, y donde además puedan tomar un café o un té con pastelitos mientras esperan que su ramo esté listo. “Aspiro a crear la mejor floristería de La Habana”, asegura con confianza plena.
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Este año Albertico, como le decimos la mayoría sus amigos, cumple 18 años, que es la misma cantidad de años que yo llevo como florista… y aunque llegamos a la floristería por vías muy distintas, fue el Sr Jaime Lago quien nos enseñó la magia de este mundo y permitió que nos conociéramos. Hoy ya han pasado muchos años desde ese momento y he podido disfrutar de cada uno de los momentos que el relato en la entrevista que dio pie a este artículo… y espero con ansias el día en que en pueda cumplir su sueño de abrir su propia floreria.