Carlos Lazcano: “Los retos y oportunidades de la economía circular en Cuba”

En el mundo actual, donde la sostenibilidad y la protección ambiental son temas prioritarios, la adopción de modelos económicos más sustentables resulta imprescindible para Cuba.

La isla enfrenta desafíos estructurales, tecnológicos y culturales que dificultan la adopción efectiva de principios de economía circular (EC).

Aunque existen iniciativas en áreas como compostaje, reciclaje de plásticos y fabricación con materiales recuperados, todavía hay un gran potencial por explorar, especialmente en vincular estos procesos con políticas nacionales y actores diversos.

La estrategia actual se apoya en proyectos de mapeo local, alianzas con universidades y centros de investigación, y certificación para asegurar la trazabilidad y acceso a mercados.

Para profundizar en esta realidad, entrevistamos al Dr. Carlos Lazcano, Profesor Titular de la Universidad de La Habana y especialista en Ciencias Económicas, quien nos ofrece una visión clara sobre los desafíos y las posibilidades que enfrentan los emprendedores cubanos en el camino hacia la economía circular y el desarrollo sustentable.

Antes de referirse a las acciones, Lazcano ofreció una panorámica general de la situación en Cuba para llegar a implementar en mayor escala lo que realmente se conoce y funciona en el mundo como Economía Circular.

Uno de los principales obstáculos en Cuba son: la necesidad de concientización en cultura y educación y conocimiento de lo que realmente es la Economía Circular (EC).

De lo primero, refiere, no está impregnado en las personas e intuiciones, de la necesidad de desarrollarla, hay que inculcarla desde la cuna.

“En muchas ocasiones se desconoce el real significado de la EC y la sostenibilidad, esta pareja es como la canción de Pablo Milanés, “Son dos alas de un mismo pájaro…”, indica.

Las dos se complementan y se necesitan, la falta de una no le dejará volar, a la sociedad, la comunidad, y la empresa, por otro lado,su discurso, no contiene lo esencial, que debe ser vista como sistema y no como partes aisladas, hay que entenderla y verla holísticamente”, puntualizó.

Lazcano reconoce que en ocasiones se afirma que hacemos EC cuando, “solamente gestionamos residuos, reciclamos o conservamos el medio ambiente, son partes, que tienen enfoquecircular, pero no es el Sistema con sus principios”.

“La pregunta es ¿y por qué hay residuos?La EC tiende a residuo cero. ¿Por qué se recicla, realmente se aprovecha al máximo la vida útil y de sus componentes?

“La EC es aprovechar al máximo lo que tenemos. La EC para ser efectiva hay que ir lento pero aplastante, como el elefante, no significa que su aplicación implique rebajar costos y obtener beneficios per sé, se pueden cometer errores costosos, de no hacerse un buen ecodiseño, estudios de factibilidad, o la adecuada capacitación”, explicó.

La EC la tienen que conocer todos los que intervienen en su aplicación.

“En un restaurante, el chef y sus cocineros, el barman y todos los que están directamente involucrados en el servicio tienen que conocerla y sus motivos, no se puede quedar a nivel de directivos, académicos, investigadores. Hay que estar bien asesorados por especialistas”, añadió.

La estrategia debe articular política nacional, implementación territorial y apoyo a cadenas productivas para convertir residuos en insumos y reducir importaciones. Proyectos recientes en La Habana muestran la viabilidad de mapear y fortalecer emprendimientos que transforman plásticos, cartón, textiles y orgánicos en recursos.

La política marco vigente se apoya en la Estrategia para la Transición hacia una Economía Circular (ETEC, 2022), actualizada en 2024 que debe traducirse en metas sectoriales y municipales.

¿Cuáles son los principales obstáculos que enfrenta Cuba para implementar la economía circular y cómo se pueden superar? 

Lazcano comienza señalando que los obstáculos son diversos y complejos: el primero, y quizás más tangible, es la dificultad en la infraestructura y logística.

“La incorrecta recolección selectiva, la insuficiente cantidad de plantas de tratamiento de residuos y canales de comercialización de materiales reciclados limitan la eficiencia del proceso”, indica.

Para superar esto, sostiene, es vital invertir en infraestructura, modernizar los sistemas de recolección y establecer una red sólida de tratamiento de residuos, además de promover alianzas público-privadas que impulsen proyectos de innovación tecnológica.

El segundo obstáculo es la fragmentación institucional y la falta de políticas integradas.

El Doctor en Ciencias, enfatiza en la necesidad de un marco legal y estratégico nacional que articule a ministerios, municipios, universidades y actores económicos.

“La definición de metas claras, como la sustitución de importaciones y la trazabilidad de los materiales, permitirá una coordinación efectiva y la creación de un sistema coherente y sostenible” recalcó.

Un tercer reto radica en la falta de incentivos adecuados, añade el experto.

“La escasa valoración de los residuos como recursos y las limitadas tecnologías disponibles dificultan la transformación de lo que normalmente sería considerado basura. Para ello, propone programas de capacitación técnica, transferencia tecnológica y talleres de innovación para transformar los residuos en insumos productivos, fomentando una cultura de valorización y reutilización.

Finalmente, Lazcano destaca el acceso limitado a financiamiento y mercados.

“La situación económica del país, agravada por el bloqueo de Estados Unidos, dificulta la obtención de créditos preferenciales, incentivos fiscales y plataformas de compra pública para productos circulares”.

En su opinión, es urgente crear mecanismos financieros específicos, impulsar plataformas digitales y promover incentivos fiscales temporales para facilitar la entrada de empresas en la economía circular.

¿Cómo pueden los emprendimientos cubanos participar activamente en el reciclaje y la gestión responsable de residuos? 

Lazcano asegura que los emprendimientos en Cuba ya muestran una participación activa en este campo, principalmente mediante la creación de productos a partir de residuos.

Ejemplos como los emprendimientos en cosmética natural y confecciones textiles ecológicas evidencian la capacidad innovadora del sector.

Además, señala, la participación en ferias y espacio de intercambio, como los organizados en la Quinta de los Molinos en La Habana, permite que estos negocios se visibilicen, intercambien experiencias y creen sinergias con otros actores.

La asociatividad es otro factor clave, apunta el profesor.

Muchas pequeñas empresas se agrupan en redes de valor o asociaciones sectoriales que fortalecen su impacto y les permiten acceder a mejores condiciones de comercialización y financiamiento.

Lazcano recomienda fomentar esta tendencia, pues ayuda a construir un ecosistema más sólido y resiliente.

La educación y la concienciación ambiental también juegan un papel fundamental.

Proyectos como Spirit Cactus (comercialización y conservación de cactus) no solo venden productos, sino que promueven la educación ambiental, ejemplificó.

Lezcano se refirió además a la necesidad de capacitarse en diseño circular, ecodiseño y modelos de negocio de triple impacto.

Para ello establece puntos inviolables a la hora de pensar la economía circular desde el emprendimiento:

-Redes: Integrarse a redes existentes como REDEC(Red de Economía Circular en Cuba) para acceder a conocimiento, prototipos y posibles financiamientos.

Ver: (https://www.mep.gob.cu/es/noticia/red-de-economia-circular-apuesta-por-la-sostenibilidad-en-cuba)

-Escalabilidad: Buscar alianzas con el sector estatal o cooperativas para escalar soluciones que respondan a necesidades nacionales, como la sustitución de importaciones.

-Integración: Integrar la circularidad en el modelo de negocio:ecodiseño que contenga la adecuada estrategia productiva, previendo reparación, reutilización y desmontaje; venta de servicios en lugar de solo productos. 

-Participar en cadenas locales de valorización: ofrecer servicios de acopio, clasificación, transformación (ej.: compostaje, reciclaje de plásticos, fabricación con materiales recuperados).

Proyectos de mapeo local que facilitan identificar oportunidades y socios. 

-Alianzas: Relación con universidades y centros de investigación para prototipado y mejora de procesos; aprovechar semilleros de conocimiento estudiantil como las Jornadas Científicas Estudiantiles promovidas por REDEC.

Certificación y trazabilidad: Documentar origen y destino de materiales para acceder a mercados y contratos institucionales que muchas veces se pasa por alto pudiendo perderse su propiedad industrial.

Por último, el profesor se refirió a los canales o vías para acceder a redes de contacto en economía circular.

Las vías principales para conectar con redes de economía circular en Cuba son están relacionadas con:

-Encadenamientos entre actores económicos, universidades y redes académicas,

-Acceder a proyectos internacionales (ONU/UE/Agencias),

-Programas gubernamentales y redes/empresas locales.

Cada vía exige enfoques distintos: contacto institucional, participación en eventos y colaboración en proyectos.

Lazcano resalta que cada vía exige enfoques distintos: contacto institucional, participación en eventos y colaboración en proyectos.

-Instrumentación práctica: La estrategia se concreta a través de alianzas como “Juntos por menos desechos plásticos”, que busca sustituir plásticos de un solo uso, fomentar soluciones propias e incrementar el aporte ciudadano.


-Rol de la academia: La Red Universitaria es un brazo ejecutor clave, fusionando investigación académica con proyectos concretos que generan prototipos comercializables y forman capital humano especializado.

-Enfoque recomendado para las iniciativas:

· Transdisciplinariedad: Integrar conocimientos técnicos, económicos, jurídicos y sociales.

• Escala local: Partir de soluciones aplicables a territorios, cadenas productivas o polos específicos.
• Innovación abierta: Promover concursos, hackatones, master class y retos que involucren a emprendedores, estudiantes y empresas.