Muchos factores coincidieron para que surgiera un emprendimiento como Cocó Cuellos en Cuba. Aunque la inspiración llegó siempre de la icónica figura de Channel, que ambas creadoras se nombraran Gabriela, constituyó el primer llamado a la acción.
Luego vino la combinación de palabras, Corte y Costura (Coco), y aquel apodo de Cocó que eternizó el referente de moda más progresista de su época. Pero a Gabriela Prado Verdecia, como a casi todas las personas que deciden emprender, la convenció un sueño.
“Yo lo soñé, y luego fui a comentarle a una amiga diseñadora. A ella le encantó la idea y entonces supe que estaba en el buen camino. Se trata de un producto que me ha costado trabajo insertar, porque no todo el mundo lo entiende.
“Además, queríamos algo que hiciera referencia a los cuellos, nuestros accesorios por excelencia. En el trabajo de mesa no tuvimos que pensarlo mucho, el nombre salió de un primer intento”, relató la fundadora.
Cocó Cuellos surgió durante la pandemia, y su especialidad consiste en la confección de accesorios de tela para el cuello, como complemento a prendas de vestuario básicas.
“Somos tres personas. Además de mí, están una diseñadora y una costurera a quien le comento todas mis ideas locas y ella las hace magia. Aunque he aprendido a hacer algunas cosas de costura y soy quien pone los toques finales, como botones y cintas”, contó la creadora en exclusiva para Negolution.
Conseguir las materias primas no ha sido fácil, aun cuando para dichos accesorios no se requieren grandes cantidades de tela. La complejidad radica en elegir el tejido adecuado, acorde a las condiciones climáticas del Caribe. “Realmente hemos trabajado con mucho material reciclado, recortes de tela que nos han regalado, cintas y botones recuperados de otras prendas”, confesó Prado.
– ¿Qué significó la pandemia para el emprendimiento?
En primer lugar, constituyó un motor impulsor. Cocó Cuellos surgió en medio del aislamiento, cuando la creatividad se puso en marcha para todas. Sin embargo, las ventas no fueron significativas en este período, debido a la novedad y complejidad del producto. Teníamos que explicar en muchas ocasiones en qué consistía y cuál era su uso. Algo que con el tiempo se nos ha hecho cada vez más fácil y cada vez son más las clientas que repiten.
Sobre futuros proyectos, Gabriela no descarta la idea de ampliar el equipo y abarcar muchos más pedidos. Sueña con el rescate de aquellos accesorios poco vistos y adaptarlos también a las peculiaridades del entorno nacional.
Asimismo, espera ampliar las colaboraciones con otros emprendimientos, que hasta entonces le han servido para compartir saberes, experiencias y crecer.
