Feria de Arte Callejero, donde lo público y lo privado llevan el arte a la comunidad
De Noticias
Por Lorena Pérez Méndez
En el contexto cubano actual, donde los actores no estatales están adquiriendo protagonismo como dinamizadores de la economía y el tejido social, la tercera edición de la Feria de Arte Callejero ratifica cuán necesaria resulta la convergencia entre emprendimiento, gestión cultural y comunidad. El encuentro, a realizarse del 24 al 26 de octubre en el habanero municipio de Playa, ubicará al arte en la calle, al ciudadano como protagonista y al negocio privado como aliado del bien común.
Esta feria nació de la iniciativa privada —en concreto, de la empresa familiar Sol D’ Suini—, que encarna una nueva generación de emprendedores cubanos que ven en la cultura y el espacio público no solo una oportunidad de negocio, sino un compromiso social.
Conformada por músicos, artistas visuales, gestores culturales y profesionales de diversas ramas, la iniciativa ha logrado articular alianzas con entidades como el Proyecto de Desarrollo Local Colina Lenin, la empresa Inversiones Pucara (IPSA) y la histórica casa discográfica EGREM, un actor imprescindible de la industria musical cubana.
Este modelo demuestra cómo la empresa privada cubana puede funcionar como “plataforma de impacto”, al generar valor cultural, facilitar espacios de comunidad, promover movilidad sostenible y, al mismo tiempo, crear sinergias con instituciones estatales.
Durante tres días intensos, el parque Lázaro Cárdenas, en Playa, se convertirá en un epicentro de creatividad, actividad artística y deportiva para todas las edades. Por las mañanas, las actividades estarán dedicadas a niños y niñas: talleres culturales, proyecciones de películas y animados, juegos tradicionales y espacios deportivos; por las tardes y noches, la oferta se abrirá a la música de convocatoria nacional, con artistas que acercarán al público local a expresiones identitarias de la música cubana: son, trova, rumba, fusiones contemporáneas.
Más allá del espectáculo, la Feria aspira a mover el pensamiento, pues en su programación están contemplados espacios de participación ciudadana enfocados en temas como cultura comunitaria, medio ambiente y emprendimiento local. Los organizadores lo califican como “no solo una fiesta, sino una experiencia transformadora que siembre continuidad y pertenencia”.
Para quienes se interesan en proyectos del ámbito creativo, la Feria Arte Callejero ofrece lecciones de crecimiento, entre ellas, la necesidad de articular cultura y comunidad, donde los ingresos se combinan con impacto social; la importancia de establecer alianzas estratégicas entre los sectores público y privado; la pertinencia de sacar el arte del teatro o la galería y llevarlo a la calle, con lo cual se dinamiza el espacio público, se atrae público diverso y se construye marca territorial; así como la concepción de este tipo de espacios como un todo integral y multisectorial, donde converjan la mayor cantidad de manifestaciones posibles.
Para los emprendedores culturales en Cuba la clave está en conectar pasión creativa con profesionalización, visibilidad local con alianzas estratégicas, compromiso comunitario con modelo sostenible. Este evento no es una feria más, sino un laboratorio social que demuestra que “hacer negocio” y “hacer comunidad” pueden ir de la mano, especialmente cuando la cultura se entiende como motor colectivo de cambio.