
Quien lee “Giselle”, puede imaginarse que se trata de ese ballet de 1841. Pero aún estando cerca de las artes, no es bailarina, tiene 21 años, es comunicadora social en formación y no es tan famosa por sí misma hasta que se habla de “Maro Soare”.
Tenía guardadas las agujas, hilos y aros de bordar con los que tejía su abuela; una década y poco más pasaron hasta que se interesó realmente por ellos. De pequeña solo dibujaba, unas acuarelas, unos pinceles y unas hojas, era todo lo que necesitaba. Puede decirse que la crisis epidemiológica que vivió nuestro país y la necesidad de reinventarse en medio de ella hicieron que autodidácticamente pusiera todas sus energías en el arte de bordar.
Al principio lo entendía como un hobby y con la ayuda de su padre, carpintero de oficio, nació Maro Soare, o lo que es lo mismo, Sol Marrón. Lo que desde fuera pudiera verse como una tienda online de artículos bordados, es en realidad un emprendimiento tan físico como las telas y tan lindo como lo que se plasma en ellas.
“Maro es un proyecto muy personal, muy pequeñito y al que además, confieso, le tengo casi el mismo amor que miedo. Nació de una afición y nunca pensé que pudiera llegar tan lejos”, cuenta Giselle López Pérez.
Es tan propio que ella misma se encarga de generar y manejar el contenido de sus redes sociales, “no son los vídeos con más calidad, ni las mejores fotos, porque además me encanta que prevalezca la sencillez de lo que es un proyecto casero, familiar”.
Aunque no cuenta con un espacio físico, Giselle y sus allegados se encargan de entregar los productos terminados ellos mismos; y cuando “la cosa se pone más difícil” acuden a los servicios de Mandao.
“No tengo un horario para bordar, en reuniones con amigos saco mi aro, así mismo en la escuela cada vez que tengo un tiempo libre, a cada lugar que voy todo está conmigo”, agrega.
Para ella, la clave está en la constancia, la paciencia, en intentar mantener el orden y en luchar por aquello que amas. Y si le pides un consejo para aquellos a quienes los miedos los frenan en el camino del emprendimiento, lo único que puede recomendar es empezar.