En la esquina de Calzada y F, en La Habana, conviven desde hace poco más de un año el concepto del espacio público con el emprendimiento privado de la mano de “Hábitat”, un parque infantil que va más allá del simple esparcimiento de los más pequeños.
Se definen como un espacio de encuentros, ubicado en el corazón del Vedado, que pasó de ser un parque de barrio en estado de deterioro, a un lugar donde se apuesta por el crecimiento de las niñas, niños y su familia.
Oscar Mendía, de 32 años, es uno de los emprendedores detrás de “Hábitat”, mipyme que actualmente da empleo a unas 15 personas, entre labores de servicio y seguridad.
“Nuestro negocio es una cafetería en un parque infantil. Nos encargamos de la administración del área gastronómica y de la gestión y conservación del parque, que continúa siendo un espacio público, el acceso es gratuito, así como todas las atracciones y actividades que ocurren en él”, contó a Negolution el joven emprendedor.
Como indica el concepto mismo de la palabra “hábitat” (ecosistema amigable y propicio para el desarrollo de diferentes organismos, un lugar donde todas las especies que lo conforman pueden encontrar todo lo que necesitan) Oscar y su equipo de alguna manera intentaron aplicar eso a su espacio.
El proceso de reactivación del parque duró cerca de 1 año, en esta fase fue crucial la asesoría de equipo de arquitectura Ad-Urbis, y con recursos limitados lograron reparar el área de juego, habilitar un área gastronómica con dos viejos contenedores marítimos con más de treinta años de explotación, sembrar árboles, pero Oscar asegura que aún les falta mucho por hacer, aunque ya cuentan con la satisfacción de tener un espacio “limpio, seguro y acogedor”.
“El impacto en la comunidad del proyecto fue inmediato, ya que el objetivo primario que nos propusimos fue la rehabilitación del espacio, que estaba bastante deteriorado”, dijo Mendía.
“Hábitat” es un espacio que fomenta prácticas de reciclaje, el cuidado y amor por los animales, la crianza respetuosa, las maternidades y paternidades responsables, a través de conversatorios y disímiles actividades con expertos en el tema.
También imparten clases de patinaje, talleres de música, cocina, alimentación sana, bicicleta para niños, arte contemporáneo, siempre de la mano de otros proyectos o emprendimientos. Todas las actividades son gratuitas y con un enfoque pedagógico.
“Diseñamos un programa de pedagogía urbana donde invitamos a proyectos y personas dedicadas al trabajo con los niños y niñas a compartir sus experiencias. En alrededor de un año hemos realizado más de 70 actividades diversas. La comunidad está muy agradecida por la activación del espacio”, aseguró.
Por otra parte, Mendía reconoció lo “difícil y arriesgado” que resulta para cualquier persona llevar adelante un emprendimiento en las condiciones actuales del país, que atraviesa una dura crisis económica.
“Los principales obstáculos a los que me enfrento en mi día a día son, la inflación que hemos visto en el último par de años, el acceso a las divisas que necesito para comprar insumos y materia prima y la inestabilidad y falta de profesionalidad de algunos proveedores”, dijo a Negolution.
En medio de tanta incertidumbre, tanto él como el equipo que lo acompaña, tienen que reinventarse cada día y “ajustar los sistemas de trabajo contantemente”, pero no dejan de tener planes a futuro.
“Nuestro proyecto fue pensado como un modelo replicable desde sus inicios. Por lo que en nuestros planes está rehabilitar otro parque comunitario más o menos como lo hicimos con Hábitat, la próxima vez probablemente sea más fácil gracias a la experiencia acumulada. También queremos crecer en los mercados del catering y la comercialización mayorista de alimentos elaborados”, afirmó.
“Hábitat” es ejemplo de cuánto pueden lograr y aportar en un país como Cuba las alianzas público-privadas.
“Creo que en ese sentido se ha avanzado bastante en los últimos años, hay muchos ejemplos de encadenamientos exitosos entre empresas estatales y nuevas formas de gestión no estatal, espacios y locales otorgados en arrendamientos. Nuestro proyecto, por ejemplo, es fruto de la voluntad del gobierno del municipio Plaza de la Revolución y un actor privado. Creo que una buena comunicación desde lo público hacia lo privado es una de las maneras de continuar avanzando por este camino”.