Cuba se abrió al sector privado y Granma, provincia ubicada al oriente de la Isla, también se sumó al reto de esta nueva experiencia.
Al cierre del año, la cantidad de nuevos actores económicos en el país ascendía a 1 286 entre cooperativas no agropecuarias y micro, pequeñas y medianas empresas (Mypime). Desde los primeros días de 2022 se han sumado otros.
Pero el hecho de que la provincia de Granma (10%) -después de La Habana (40%) – cuenta con el mayor número de micro, pequeñas y medianas empresas aprobadas, y localizadas en todos sus municipios, ha provocado partir de la sorpresa del dato, a verlo como intrigante y asombroso.
135 suman estos nuevos actores económicos en Granma, entre los cuales, una amplia cantidad está vinculada a servicios de la construcción, restaurantes y otros. Entre ellos, destaca por ejemplo, Llama D´Monte, una entidad dedicada al carbón que ya se convirtió en exportadora.
A unos 800 kilómetros al este de la capital del país, el territorio no sobresale, por ejemplo, por su desarrollo o por tener en las últimas décadas una cifra creciente de trabajadores por cuenta propia, un sector de donde han emergido, en gran medida, los nuevos actores de la economía.
Sin embargo, el presidente de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores (ANEC) en ese territorio, Carlos Alberto Sánchez, no ve en las cifras granmenses “una casualidad”. Asegura que son resultado de un proceso en el que intervinieron las autoridades del Gobierno, el Partido, la Universidad y la propia ANEC. Sus representantes recorrieron cada uno de los municipios para contactar y conversar con los trabajadores del sector no estatal y otros con similares potencialidades.
El profesor de Economía de la institución docente asegura que la idea tuvo como fin explicar las ventajas y posibilidades de acogerse a esta modalidad, y ¡prendió!, recalca. A esto se suma, comenta, el espacio con el que cuentan en la sede de la ANEC, donde posibles emprendedores reciben asesoramientos en el proceso y ayuda con la documentación.
Jorge Luis Barberán, cuentapropista propietario de La Cuchipapa, uno de los restaurantes más populares de Bayamo, es escéptico en este asunto: “Estoy viendo que crear una Mipyme genera un entusiasmo similar al de cuando surgió el Trabajo por Cuenta Propia (TCP), al que muchos se sumaron sin tener claro dónde obtendrían las materias primas, o pensando que el Estado podría proveerlos”. No obstante, reconoce que el proceso es beneficioso y que el país necesita empresas con autonomía.
El profesor Sánchez sospecha que algunas de las empresas privadas que han nacido no podrán “caminar”, y subraya la idea de que en estos casos ha faltado la consulta y la información detallada; pues algunos aspiran a que el Gobierno les suministre materias primas o les asignen locales.
La cantidad de micro, pequeñas y medianas empresas en Granma tiene también otros matices. Autoridades gubernamentales reconocen que la mayoría han sido negocios reconvertidos, principalmente TCP, buscando con ello la tan anhelada personalidad jurídica, que lleva aparejada muchas ventajas para su progreso.
Publicaciones locales resaltan que una cifra significativa de socios de las Mipymes son jóvenes. Particularmente en Manzanillo, un territorio que se nutre de la migración interna y que tiene como principal fuente de empleo disponible la agricultura, muchas personas han sabido identificar las potencialidades de su entorno en esta disposición, y han visto el camino para su desarrollo.
En las circunstancias actuales, en las que no hay otra alternativa que crear para poder resolver necesidades propias y colectivas, las personas buscan, ineludiblemente, abrirse nuevos espacios. Los actores económicos -entusiasmados o prácticos- reconocen en su entorno las posibilidades para crecer, y se han dispuesto aprovecharlas. Más que un deseo impetuoso, es una necesidad tanto para el territorio, como para la evolución económica personal.