El concepto de muchos emprendimientos suele “hablar” de rasgos personales de quien los crea. Y, aunque podría ser una verdad de Perogrullo, esas vibras los mantienen en el camino con elementos no negociables que dan confianza al cliente. Así sucede con Mi arte sana en Las Tunas, cofundado por Danielle Laurencio Gómez.
Se trata de una tienda especializada en regalos que partió del sueño de dos mejores amigas, una médico y otra periodista. Danielle rememora los inicios durante la pandemia de covid-19, cuando quiso obsequiarle un picnic para su actual socia. “Después de 6 meses de confinamiento, sumado a la maternidad que llegó en esa etapa, deseaba que ella tuviera un cumpleaños especial, al aire libre “.
Luego idearon crear algo similar para otros, quienes quizás no tuvieran el tiempo disponible o la oportunidad de organizar una experiencia para otra persona, y decidieron que podrían ayudar y concebir así su modelo de negocio. “A nosotras nos gusta, durante la celebración de las fechas importantes, marcar la diferencia con detalles, precisa Danielle. Así ideamos regalos especiales, tanto para la familia, como para aniversarios de boda, arribar a los 15, los cumpleaños o agasajar a la pareja”.
La creatividad, la aspiración de aglutinar pequeños deseos y el trabajo personalizado, en la medida de lo posible y ajustado a las necesidades de las personas, son rasgos principales del emprendimiento. También enriquecen sus cestas o cajas sorpresa con fotos, gráficos, que mezclan con materiales naturales como el yute y la madera, y productos industriales (bombones, perfumes, peluches). Siempre, en la búsqueda de complacer al cliente.
Mi arte sana también se ha convertido en vitrina para otros negocios. De ese modo se consideran un gran equipo que se apoya mutuamente. En estos más de dos años, han propiciado el espacio a otros emprendedores, por ejemplo, Utility tablas que confecciona y comercializa elementos decorativos y del hogar; impresiones, Papeliris con sus bolsas de regalo… Poco a poco han conformado una familia de colaboradores que crece y se han ganado la aceptación de los clientes.
El reto cotidiano, desde el primer día, sigue siendo apostar a las emociones, y transmitir, a través de un presente, los sentimientos más preciados hacia los seres queridos.