
Sancti Spíritus: ¿Por qué es tan sui géneris la academia de idiomas de Abdel?
De Noticias
Por Lorena Pérez Méndez
Mucho antes de que se pusiera de moda el término, Abdel Martínez Castro ya era un emprendedor nato. Con la arquitectura como profesión de base, se ha lanzado a los más disímiles proyectos: una maestría en Italia, un negocio privado que terminó siendo uno de los cafés más exitosos que se recuerden en Sancti Spíritus, una segunda especialidad en el Instituto Superior de Arte de Camagüey, la casa productora audiovisual Colga’o Film Café con la que ya ha realizado varios documentales y cortometrajes, un puesto como promotor en el Centro Provincial de Cine y, como si esa variopinta lista no fuera suficiente, una escuela de idiomas donde imparte cursos de italiano e inglés.
A este último empeño viene dedicándose desde que la COVID-19 y la crisis de los abastecimientos lo obligaron a cerrar definitivamente su célebre café El Colga’o, un espacio donde antes se reunía la bohemia espirituana y hoy se dan cita los interesados —sobre todo jóvenes— en ampliar sus conocimientos en materia de idiomas.
“Aprender en serio, divirtiéndonos” fue el lema de esta sui géneris academia que ha dividido los cursos para que los interesados se matriculen en dependencia del nivel de idioma que tengan: básico o intermedio.
De acuerdo con las páginas de la escuela en redes sociales, la duración total del curso básico es de seis meses; si concluido ese tiempo el alumno se interesa en continuar y hay matrícula, puede seguir en el curso intermedio.
“El método que utilizamos ofrece suficiente material para el desarrollo de las cuatro habilidades del idioma (leer, escribir, hablar y entender cuando te hablan). Cuenta con videos, audios, textos y muchos ejercicios —explica la convocatoria—. Además, la filosofía de Cursos de idiomas es la de aprender con diversión, por lo que todos esos materiales se complementan con múltiples juegos didácticos con los que pasarás un muy buen rato”.
Cada mes hay ocho lecciones y un examen de rendimiento. Antes de cada prueba el estudiante dispone de una semana para profundizar de manera independiente en los contenidos recibidos.
El precio del curso es de 500 pesos al mes, una cifra relativamente baja si se compara con otros negocios de la misma rama. Si en el examen mensual el alumno obtiene 90 puntos o más, se gana un descuento del 20 por ciento en la matrícula del mes siguiente, un beneficio que no es puro marketing, sino que ha permitido estimular a quienes más se esfuerzan.
Como toda Cuba, Cursos de idiomas sufrió en carne propia el rigor de los apagones durante casi todo 2022; no obstante, Martínez Castro y su equipo se las agenciaron para flexibilizar horarios y adecuarse a los cortes del fluido eléctrico, de modo que las clases, con tres frecuencias semanales, no se suspendieran y contaran con los medios tecnológicos indispensables.
Varias graduaciones, con título y todo, y cada vez más interesados es el saldo hasta el momento de una academia que, si bien no constituye un negocio nuevo, sí ha revolucionado los modos de enseñar lenguas extranjeras, pues lo que comenzó como un emprendimiento para sobreponerse a los estragos de la pandemia, ha devenido espacio de socialización, de tertulia y enriquecimiento espiritual.