Cómo sobrevivir a la incertidumbre de la unificación monetaria y la inflación. (O al menos no morir en el intento)
De Biz Advice
POR RIGO GARCÍA BERRIEL
Cuba se encuentra ante un dilema económico singular. Si existe algo en lo que todos (o casi todos) estamos de acuerdo, es que la tenencia de dos monedas hoy en día provoca más daño que los beneficios que a priori prometía allá por el año 1994, donde la paupérrima situación económica en la que se encontraba nuestro país trajo consigo la inclusión del Peso Cubano Convertible (CUC).
Pongámonos en contexto. Luego del derrumbe del campo socialista, Cuba perdió el apoyo económico, por primera vez (y me refiero a la primera vez en toda la historia post colombina) la Isla se encontraba sola ante el mundo. El Producto Interno Bruto cayó por encima de un 35% y el comercio se vio reducido en un 75%. Habíamos llegado a lo que todos conocemos como el “Período Especial”.
A esta situación debemos adicionar que el Estado, responsable de la fuerza de trabajo del país y único empleador en esa fecha, tomó la decisión de continuar pagando salarios a sus trabajadores (trabajadores que no estaban produciendo nada). La historia la conocemos, pero si no, no es difícil llegar a la conclusión de que, en una economía, donde apenas hay importaciones, no hay producción y las personas siguen cobrando lo mismo, lo normal es que se debilite la moneda a causa de la inflación.
Ahora haré la historia corta: en una medida desesperada pero necesaria el presidente Fidel Castro el 26 de julio de 1993 autorizó las remesas del extranjero y despenalizó el dólar, se creó el CUC bajo la promesa de que por cada dólar en la economía cubana habría un CUC, existiendo en ese momento tres monedas en nuestra economía. En 2004 ante la persecución del bloqueo a los dólares que provenían de Cuba, se da la orden de retirarlos de la economía e imponerle un gravamen a la entrada (pero no penalizar la tenencia como antes). El sector empresarial iba por otro rumbo, con tipo de cambio muy alejado al de la economía privada (la locura de 1CUC =1 CUP; que afecta entre otras cosas la eficiencia de la empresas importadoras y exportadoras). Se abandonó la promesa de un CUC por cada dólar que entraba al país, haciendo que hoy en día sea casi imposible que los ciudadanos puedan cambiar libremente su moneda.
Perdonen la banalidad porque entiendo que he omitido situaciones de la historia interesantes, pero el objetivo es llegar al punto de hoy, a la incertidumbre en la que nos encontramos y a cómo intentar sobrevivir a ella con el menor daño posible.
El gobierno cubano se comprometió a mantener el cambio vigente con respecto al CUP ante cada CUC que se encontrara en el sistema bancario. Esto nos protege de una eventual devaluación del CUC debido a su inminente fallecimiento, pero no nos asegura que el valor del CUP no se vea afectado ante las Divisas (MLC), perdiendo éste capacidad real de compra. Entonces aquí es donde llegan mis recomendaciones:
- Comprar y almacenar alimentos no perecederos. De esta manera nos estaremos protegiendo no solo de un posible aumento vertiginoso de los precios, sino también de la escasez y desabastecimiento, la falta de insumos y las materias primas que afectan la producción.
- Ajustar los precios, ya que es preferible perder una parte de la cuota de mercado, que tener pérdidas monetarias.
- Evitar las cuentas por cobrar. No podemos darnos el lujo de cobrar por nuestro trabajo menos de lo que vale. La deuda que alguien contrae con nosotros hoy puede verse afectada si el pago se realiza a futuro. Pueden pagarnos un dinero que en el momento del cobro vale mucho menos.
- No te descapitalices. Como es natural en países como Cuba, muchas de las materias primas se obtienen en MLC, el problema viene luego, al vender nuestros productos en el mercado interno y no poseer la capacidad para readquirir las divisas.
- Si tiene la posibilidad, invierte en inmuebles, oro o arte. Ante períodos de incertidumbre es aconsejable contar con bienes durables que tiendan a incrementar su valor con el paso de los años.
Mi recomendación más importante es que estudies y te prepares para este momento y para los que vienen, créeme este consejo nunca falla.