Crear una nueva cultura de vestir

En la calle Amargura No. 253 tres jóvenes emprendedoras cubanas proponen un espacio diferente para acceder a la moda, donde priman la calidad y el buen diseño

Ilse, Lauren y Raquel son tres jóvenes diseñadoras cubanas, que además de la amistad forjada durante su carrera, comparten ahora un nuevo proyecto: Dador, una singular tienda de ropa que apuesta por los diseños cien por ciento inspirados y hechos en Cuba.

Tras graduarse, cada una tomó su camino en la vida, y luego de años coincidieron con una inquietud en común: lo difícil que les resultaba encontrar ofertas de ropa que se ajustaran a sus gustos y necesidades.

Así surgió la idea de crear Dador, una tienda donde diseñan ropa no solo funcional y cómoda, sino que marca estilos de vida.

¿Por qué el nombre Dador?

Cuenta Lauren que la palabra dador define mucho la esencia de lo que quieren transmitir con los diseños que hacen.

“Dador es todo aquel que entrega algo a lo demás, y esto es lo que queremos lograr con nuestra tienda, que la gente se lleve un poco de nuestra esencia en cada una de las prendas que encuentran aquí, que podamos crear sueños en los clientes, de la misma forma que nos inspiramos nosotras para crear”.

Aunque es una tienda muy joven, pues abrió sus puertas a mediados de diciembre del pasado año, el estilo minimalista de sus propuestas llama mucho la atención.

¿Cuál es la esencia de esta tienda?

“Dador más que simplemente una tienda, se propone ser un proyecto creativo, donde también puedan tener un espacio otros creadores. Nuestra esencia es mantener un estilo simple, estructural, que se inspira conceptualmente en la arquitectura y el espíritu de la ciudad de La Habana”, explica Ilse.

“Por eso la primera colección que tenemos a disposición de los clientes se llama Cuerpo y Alma, y está basada en el sky line de la ciudad, visto desde el malecón habanero, y por otra parte los colores y el movimiento de La Habana, apunta.

¿Con qué telas trabajan?

“Trabajamos básicamente con materiales naturales, el lino, el rayón y el algodón, porque son tejidos que se adecúan muy bien al clima de Cuba, son muy frescos y fáciles de llevar”, aclara Raquel.

“Nosotras queremos romper los estereotipos que existen en la industria de la moda asociados a estos tejidos, y queremos demostrar que es posible hacer prendas contemporáneas, elegantes y muy funcionales con ellos”.

En Dador la ropa parte de cero. Desde la idea del diseño, el moldeado, los prototipos, hasta la confección final; todo pasa por las manos de estas jóvenes creadoras. De esta forma garantizan que salgan con la calidad y la manufactura deseada.

¿Qué estética defienden?

“Que la ropa no solo sea minimalista, sino también bien llevable, cómoda. Nuestras prendas se pueden llevar lo mismo de día que de noche, en dependencia de los accesorios que las acompañen, y funcionan para todos los rangos de edades”, explican.

“Para nosotras lo más importante es que el cuerpo se sienta libre. Cuba es un país que no es extremadamente formal en el vestir, siempre hay un ambiente casual de isla, que nos permite trabajar sobre la estética de lo simple y a su vez sofisticado”.

“Nosotras somos una marca cubana, y hay muchos estereotipos respecto a cómo se visten los cubanos, por eso quisimos hacer algo completamente diferente. Por eso trabajamos las líneas rectas y los diseños más sobrios. No diseñamos basadas en tendencias, pues queremos que nuestro trabajo sea perdurable”.

¿Les resulta complejo acceder a las materias primas?

“Sí- señala Lauren. Muchas veces tenemos que importar las telas. Es difícil acceder a las materias primas, porque regularmente en las tiendas donde se venden no tienen información de cómo están compuestos los tejidos que se  ofertan. También los hilos, los botones. Tratamos de adaptarnos a las ofertas del mercado aunque sean escasas, porque queremos demostrar que sí se puede hacer buen diseño con las ofertas existentes”.

“Esas mismas dificultades hacen que nuestro trabajo sea exclusivo, y nos obligan a estar creando constantemente con nuevos materiales”.

¿Se han sentido apoyadas en este proyecto?

“Al principio fue difícil porque asumimos este proyecto desde la fase constructiva hasta el diseño del modelo de negocios. Por suerte tuvimos el apoyo de nuestras familias, porque la entrega que ha requerido Dador ha sido muy grande y el reto también”, expresan.

“Ha sido paso por paso. Esta tienda es como nuestro gran hijo común. La concebimos y estamos muy felices de ver cómo ha ido creciendo”.

 

 

¿Cuál es su mayor logro y su más grande reto?

“Demostrar que el diseño cubano funciona en cualquier lado del mundo”, comenta Lauren.

“Yo he usado nuestra ropa en Nueva York, en Estambul, en diferentes países y las personas me han dicho: Qué bonita tu ropa, ¿dónde puedo comprar una igual?, y eso es un gran orgullo para nosotras”.

“Tenemos un gran reto, que es posicionar el diseño cubano, pues la ropa manufacturada en Cuba no tiene muy buena aceptación entre los propios cubanos”.

“Queremos crear una nueva cultura del vestir. La ciudad ha cambiado, las personas han evolucionado, y así mismo queremos que cambien los patrones de la moda cubana. Nuestro mayor propósito es lograr validar el diseño cubano”.

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