
Desde este 3 de agosto, el Banco Central de Cuba (BCC) implementa de manera paulatina nuevas medidas asociadas al uso de los canales de pago electrónicos para las operaciones realizadas en instituciones de ese tipo en el territorio nacional, con el objetivo de garantizar la igualdad entre los actores económicos.
¿Cómo garantizar la igualdad entre los actores económicos? Pues según las acciones aprobadas por el Banco Central de Cuba estas medidas, lo permitirán.
En primer lugar, se establece un límite máximo de 5.000 CUP por operación en los cobros y pagos en efectivo entre empresas; micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes); trabajadores por cuenta propia, cooperativas y otras formas de gestión.
También, en la red de cajeros, los actores de la economía antes mencionados solo usarán en la red de cajeros tarjetas vinculadas a pensiones, cuentas de ahorro, salarios y haberes personales.
Los mismos solicitarán el efectivo requerido para su actividad en las sucursales bancarias donde operan sus cuentas corrientes y fiscales, a partir de los ajustes a las condiciones pactadas con el banco y en correspondencia con los niveles operaciones y fiscales.
Por tanto, las transacciones entre los actores económicos acontecerán mediante títulos de créditos y el resto de medios de pago vigentes, con excepción del efectivo y la prioridad en los canales electrónicos, siempre que sea posible.
Asimismo, la continuidad de las acciones encaminadas a la constitución de condiciones en los comercios e instituciones prestadoras de servicios, para el cobro con plataformas digitales de pago y el uso de pasarelas—Transfermóvil, Enzona, código QR y los TPV, conocidos popularmente como POS.
Durante la conferencia de prensa realizada el miércoles, autoridades del Banco Central de Cuba reconocieron el nivel de obsolescencia y explotación de los cajeros automáticos, y la ineficiencia del servicio prestado como consecuencia de ello.
A su vez, aseguran que las causas que llevan a este proceso de bancarización están relacionadas con el aumento en el empleo del efectivo durante las transacciones financieras que ha ocasionado un retroceso en los niveles de bancarización, sumado a los altos montos de emisión, transportación, procesamiento y almacenaje.
Criterios sobre estas medidas en redes sociales aseguran que si bien es necesaria la bancarización en el país, presumiblemente podría ocurrir un mayor colapso de las instituciones bancarias, la reducción severa de la oferta de importación privada con el consecuente impacto sobre el incremento en los precios y un avance espontáneo de la dolarización en el comercio informal.
Por su parte, el vicepresidente del BCC, Alberto Quiñones, asegura que los tiempos actuales demandan el incremento en el uso de vías y medios electrónicos de pago, primero con las tarjetas magnéticas y luego con la introducción paulatina de las pasarelas, que permiten la realización de determinadas operaciones desde el teléfono móvil.
Explicaron además que el proceso estará regido por las leyes internacionales y resulta de las experiencias acumuladas en la mayor de las Antillas y la existencia de condiciones que permiten ese avance e incorporará condiciones y capacidades para transacciones de cobros y pagos entre actores económicos y sociedad.