Cuentan que escogieron el nombre por la sonoridad, porque la casa es el centro de sus proyectos y porque si hay un olor que los lleva inmediatamente por el camino de la nostalgia, del estar bien, frescos, y a la vez cobijados, relajados, felices; es el olor del limón.
“Un aroma que nos recuerda una casa recién limpia, la sensación de estar descalzos con los amigos en verano, o al arroz con leche y las cascaritas de limón de la infancia. Esa sensación de bienestar es la que aspiramos a alcanzar en nuestra tienda y con nuestros productos”.
A esta singular tienda de decoración, que abrió sus puertas en un apartamento del Vedado capitalino hace un año, fuimos a conversar con Jennifer Díaz Lima quien, junto a Enildo Díaz Lima y Dennys De Vales Fernández, soñó e hizo realidad Casa&Limón.
“Lo concebimos como un proyecto de decoración y moda para el hogar, con un regreso a los materiales y texturas naturales. Siempre tuvimos claro que queríamos ofrecer un espacio con objetos utilitarios, accesorios decorativos y toda una línea de productos para el hogar, que fuesen hechos en el país y que se complementaran. Queríamos un lugar en el que el cliente encontrara no un objeto aislado, sino el conjunto ideal para un área determinada, para un ambiente”, comenta Jennifer.
Alfombras, espejos, tapices, cestas para salas, terrazas o habitaciones, vajilla y utensilios de cocina, velas, jabones artesanales, plantas ornamentales, son solo algunas de los productos en el amplio catálogo de Casa&Limón. Todos, elaborados a partir de materiales naturales como la madera, el hilo, las fibras vegetales o la arcilla.
“Tenemos un inventario variado que promueve el talento local de creadores y marcas que ya se han hecho un espacio en la ciudad, otros que hemos ido descubriendo y también tenemos accesorios propios. Hace algunos meses incluimos un área especializada para niños en la que además de decorados y mobiliario, ofrecemos también juguetes”.
Explica que en el mundo conviven marcas de decoración con presencia internacional, globales podríamos decir, con otras mucho más pequeñas dirigidas a estilos y segmentos específicos, y hay espacio para todas. Lo mismo ocurre en Cuba. Han surgido numerosos negocios similares pero cada uno tiene algo que lo identifica y lo hace diferente a los demás. Pero, ¿qué distingue a esta tienda de otros negocios de artesanía?, preguntamos a Jennifer.
“Casa&Limón es decoración y moda para el hogar, con artículos artesanales, sí, pero los protagonistas no son los productos, sino las casas. Son las terrazas que reciben sol o las de sombra, las salas con ventanas grandes o pequeñas, con muebles antiguos o modernos, las cocinas para reunirse y compartir, los baños para duchas rápidas o para relajar. Los espacios, su historia, la función que cumplen, todo eso forma parte de la experiencia de comprar en Casa&Limón, y esa asesoría, esa personalización, es parte del encanto de la tienda.
“La otra parte que nos hace diferentes es el estilo isleño, la vuelta a lo natural, a las texturas, a los tonos más sobrios, más cercanos a la tierra; lo que no quiere decir que no vamos a encontrar aquí y allá alguna explosión de color, porque en la vida todo es cuestión de balance”.
Trabajan así bajo la filosofía de ofrecer siempre soluciones simples, que no recarguen visualmente, y puedan combinarse, a la vez que cumplan una función utilitaria y también estética, que provea de esa dosis extra de estilo y comodidad, siempre con una visión hacia el crecimiento futuro.
“Ampliar nuestro catálogo, incluir una mayor gama de textiles y mobiliario, lanzar nuevas colecciones exclusivas junto a los emprendedores habituales que nos acompañan, incorporar una tienda online, y, sobre todo, que el equipo no pare de soñar, ese es el primer paso para seguir creciendo”.