La creación de piezas artesanales constituye para Ana María Morales un arte que le viene como herencia familiar; por tanto, la conformación de Selva y ese “giro en su vida profesional”, no resultaron cuestiones tan complejas, si bien el negocio surgió en el contexto de la pandemia de Covid-19.
Desde 2020, pese al confinamiento y la ausencia de algunas materias primas, ella utilizó las plataformas digitales a su favor, como hicieron otros proyectos y emprendimientos en Cuba, para la promoción y comercialización de sus productos ecológicos.
Actualmente, como tienda online inspirada en su propio vínculo con la naturaleza, el conocimiento sobre plantas trasmitido por su abuela y una tradición campesina de sus antecesores, defiende ese concepto asociado al medio ambiente y la concepción de artículos utilitarios.
La combinación de ambos elementos permite, a su juicio, el posicionamiento dentro de un mercado más amplio y diverso de artículos prácticos textiles y cosmética natural; este último, sobre todo, emergió ante la necesidad de suplir la inexistencia de insumos similares tras el cese de la importación en estos años.
De acuerdo con Morales, la elaboración del maquillaje resulta de una investigación exhaustiva y su crecimiento en estos dos años se debe, en alguna medida, al apoyo de amigos y de otros negocios, la labor de publicidad en las redes sociales y propuesta interesante, colorida, novedosa y sugerente.
Los distingue el enfoque y mensaje medioambiental, el impacto y responsabilidad social desde su vínculo con iniciativas comunitarias, el empoderamiento femenino, articulación desde una red de economía circular, capacitación y un constante intercambio ciudadano sobre conciencia, reducción de consumo y reciclaje.
Bajo la modalidad de Trabajadores por Cuenta Propia (TCP), una de sus peculiaridades es la contratación de servicios para la fabricación inicial o la intervención en una de las fases: artistas, costureras y productores de materiales orgánicos.
Defienden el “hecho a mano” en la totalidad de sus obras, como un recurso invariable dentro del negocio, puesto que cada creación es única, original e irrepetible respecto al grabado de los textiles e, incluso, de la coloración aportada por la planta en la ejecución de los jabones.
Los servicios de Selva, cuyo nombre alude a la diversidad, riqueza, libertad y verdor de ese hábitat, incluyen la venta, estampación, diseño y ambientación de espacios; así como, valorizan su compromiso con la transmisión de temas relacionados al cuidado del entorno y su activismo orientado a la protección de los animales.
El contacto con el cliente es personalizado y comprende sugerencias a partir de la historia de cada insumo y las características de las diversas etapas; por ello, es el propio consumidor quien muchas veces recomienda sus productos provistos de valor artístico, espiritual y utilitario.
