TJP Internacional en Cuba: tres décadas en las verdes y las maduras

En 30 años de relaciones comerciales con Cuba, TJP Internacional S.A. ha vivido los más disímiles escenarios, unos más adversos, otros más propicios. Hasta aquí llegó esta empresa import-export en un período particularmente complejo, a inicios del período especial, en un momento en que Cuba comenzaba a abrirse a la inversión extranjera, según declara a Negolution Ángel Domper Cavalla, gerente general de TJP International en la isla.

“Apostamos por Cuba porque tenemos una relación que va más allá de la netamente comercial, una relación de agradecimiento —confiesa—. Yo soy chileno, de modo que, por solidaridad y también por afinidad ideológica, decidimos apostar por Cuba como una manera de apoyo a la Revolución y como una forma de hacer negocios”.

La de TJP Internacional S.A. no es una forma cualquiera de hacer negocios, sino una que sigue la filosofía del llamado comercio justo, para lo cual aprovechan la globalidad como elemento de entendimiento y beneficio para todos, y se proponen llevar a sus clientes mejores productos a los mejores precios.

Así ha funcionado para la compañía y para la isla durante estas tres décadas de vínculos. “Las empresas con las cuales trabajamos durante mucho tiempo eran netamente estatales, por lo tanto, nuestras relaciones comerciales eran con TRD, Cimex, FarmaCuba, Alimport, las que estaban autorizadas a comerciar con empresas extranjeras —explica Domper Cavalla—. Esas relaciones han pasado por diversos períodos: buenos, malos, regulares, difíciles, menos difíciles, de acuerdo con la situación económica internacional y del país”.

Y cuando habla de “períodos malos o difíciles” se refiere a momentos en que las empresas cubanas no han honrado los contratos. Sobre los impagos tiene su propia opinión, basada en la experiencia de haber pasado las verdes y las maduras: “Hoy día se arrastra una gran deuda que no sabemos en qué va a parar y para la cual, lamentablemente, no hay respuestas claras —comenta—. En el 2008 y 2009, por ejemplo, cuando hubo una crisis fuerte también, las autoridades económicas del país daban respuestas claras a las empresas extranjeras; sin embargo, ahora hay un limbo de silencio, lo que no es bueno para nadie, ni para los negocios”.

Lo que sí considera una mejoría con relación a décadas pasadas es la posibilidad de vincularse con el emergente sector privado, que ya tiene acceso a servicios de comercio exterior, dígase importaciones y exportaciones.

“Para las empresas extranjeras radicadas en el país fue un alivio la medida, porque las Mipymes se convirtieron en un nuevo actor económico a considerar frente a la crisis de pago de las empresas estatales —sostiene Domper Cavalla—. Pero a su vez también surgieron muchos problemas, porque con la apertura de las Mipymes pasamos de una regulación muy estricta y controlada por parte del aparato económico del gobierno, a prácticamente un libertinaje donde cualquiera trae un contenedor, lo abre en la calle y lo vende.

“Consideramos que hubo cierto desorden del mercado, y si bien esto favoreció a muchos, en nuestro caso somos cuidadosos y respetuosos de la legislación vigente. Hemos tenido algunos contactos y ventas con una decena de empresas privadas cubanas, aunque en los últimos meses ese vínculo está casi paralizado”.

El freno lo ha puesto, al decir del empresario chileno, la llamada bancarización, un proceso complejo que obliga a las empresas a poner el dinero en el banco.

“Hoy día las empresas privadas cubanas no pueden sacar el efectivo ni las divisas para comprar en el exterior, por lo que, a mi juicio, si no hay una solución van a cerrar todas, porque no cuentan con los mecanismos bancarios para que su dinero, que obtienen legítimamente a través de la venta de sus productos en pesos cubanos, pueda ser transformado en una divisa que les permita importar los productos para reaprovisionarse. Si la banca cubana no es capaz de solucionar ese problema, el 90 por ciento de las Mipymes va a desaparecer porque no es solamente que compren salchicha o galletas para revender, es que el que produce necesita importar materia prima y, para eso, necesita divisa”.

No obstante, el escenario de incertidumbre, en el que gravitan los efectos colaterales de la política de bancarización de cara al sector privado y las deudas de las empresas estatales, TJP Internacional S.A. ha optado por permanecer en la isla.

“Seguimos, porque tenemos confianza en que la economía del país se puede recuperar, en que pueden tomarse las decisiones más correctas y porque tenemos un compromiso con Cuba todavía, y en la medida que podamos resistir financieramente como compañía vamos a seguir, lo que no significa echar el dinero en un saco sin fondo. Hoy las negociaciones son más precisas y requerimos de mayores garantías, pero continuamos apostando por la recuperación de la economía cubana, y en eso pueden contar con nosotros en la medida en que tengamos normas claras de funcionamiento y de pago”, concluye el gerente general de TJP International en la isla.

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