Cuando el curso académico 2023- 2024 llene las calles cubanas de uniformes escolares, muchos de ellos llevarán las puntadas y las jornadas de trabajo bajo la marca de la mediana empresa privada Karitex S.U.R.L.
Apenas un mes después de la ronda de negocios de Confecciones Textiles BOGA para fomentar alianzas con nuevos actores económicos, este podría considerarse uno de los resultados plausibles. La Empresa de Confecciones Textiles Karitex SURL estableció un encadenamiento exitoso con la entidad estatal para confeccionar prendas destinadas a Secundaria Básica.
“Pactamos la confección de camisas para esa enseñanza. Boga aportaría la materia prima y nosotros la mano de obra”, así lo explica Karina Jardines Durán, socia unipersonal de la parte privada. “El contrato también nos garantiza un taller en concepto de arrendamiento libre de costo por un periodo de 6 meses. Donamos nuestras vacaciones y trabajamos los fines de semana, para que los uniformes pudieran estar en el tiempo previsto”.
La procedencia del sector educacional de la empresaria concede un plus al acuerdo. “Me siento identificada con la necesidad de la entrega oportuna de las prendas textiles para el inicio del curso escolar”, insiste.
La responsabilidad con que asume cada uno de los encargos ha allanado el camino al emprendimiento, nacido de la reconversión del trabajo por cuenta propia a mediana empresa privada. La idea inicial partió de una actividad familiar de costureras que se fue ampliando. Y, gracias a la apertura en el país de las Mipymes logró crecer y consolidar la marca Karitex.
“Nuestra principal fortaleza es la seriedad con que tomamos cada uno de los contratos con nuestros clientes, primero con entregas en fecha y calidad en el proceso de confección textil. Esto ha generado que tengamos clientes permanentes y asiduos a nuestro taller”, enfatiza Karina.
El principal mercado son empresas estatales y privadas que requieren de uniformes para el desempeño de sus funciones, entre ellos se encuentran la Empresa Cubana Molinera, hoteles y restaurantes, empresas de Seguridad y otras mipymes que desean consolidar su identidad visual. Dentro del objeto social se encuentra el servicio de bordado, que permite personalizar las prendas textiles solicitadas.
La mayor problemática que enfrenta hoy el negocio es la adquisición de materias primas, porque depende de importaciones con pagos en el exterior. “Sería oportuno que el Estado dispusiera de ventas de monedas duras a emprendedores interesados en potenciar el desarrollo interno de nuestra economía, y en mi caso la actividad textil, lo que beneficiaría a todos, pues se reducirían los costos y disminuirían los precios de nuestros productos”, comenta Jardines Durán.
La líder del emprendimiento reconoce que existen oportunidades en el sector no estatal para este modelo de negocio, pues hay muchas empresas estatales y privadas que requieren de confecciones para el desempeño de sus funciones. Algunas se ven precisadas a importar los uniformes, lo cual genera dificultades con los costos, la fecha de los envíos o las tallas. Y, es este un entorno abonado para las alianzas productivas.
