Después de nueve meses la capital cubana parece marchar hacia la nueva normalidad, aunque de manera gradual, pues persiste aún la amenaza, como en toda la Isla, de la pandemia de la Covid-19.
Para los emprendedores y dueños de negocio es una noticia muy esperada, pues este sector, donde se acumula alrededor del 13% de la fuerza laboral del país, ha sido de los más afectados con las medidas de restricción y cierre, para frenar la propagación de la enfermedad.
Las autoridades del Gobierno explicaron que, tras año y medio, es necesario reactivar la vida económica y social, y para decidir la reapertura se evaluó la situación sanitaria de La Habana, donde se ha visto una evolución favorable en las últimas siete semanas cuando el promedio diario de contagios bajó de 1,900 a unos 450.
En total 533 unidades, de diferentes formas de gestión, retoman sus actividades tradicionales. Los servicios gastronómicos se prestarán hasta las 9:30pm, y por ello, las autoridades han dispuesto que la restricción de movimiento en la ciudad sea a partir de las 10:30 de la noche.
El anuncio fue hecho de manera repentina, la noche del pasado 24 de septiembre, acompañada de un listado de los locales autorizados para reabrir, atendiendo a las condiciones de ventilación y de seguridad de cada uno.
Pero no solo basta con aparecer en el listado. Los servicios autorizados para comenzar a atender público o clientes en sus locales son sometidos a una inspección sanitaria, solo pueden trabajar con el cincuenta por ciento de su capacidad, cumplir medidas de distanciamiento de dos metros entre cada mesa, además de previa reservación, para evitar colas y aglomeraciones.
Así se ha vivido la reapertura, por ejemplo, en el Paseo Marítimo de 1ra y 70, en Playa. Manuel Valle, administrador de este proyecto de Desarrollo Local, asegura que en cada uno de los restaurantes y locales del Paseo se cumplen estrictos protocolos sanitarios, aunque no siempre las personas han sido todo lo disciplinadas que deben ser, sobre todo durante el pasado fin de semana.
“En los locales nosotros garantizamos que los trabajadores usen su mascarilla, que estén los líquidos desinfectantes en la entrada, la distancia entre las mesas, la calidad e higiene de los alimentos, además de que esta es un área abierta, al lado del mar, que ofrece por esa parte garantías de seguridad, pero si las personas no cumplen con la parte que les corresponde corremos el riesgo de volver a cerrar si subieran nuevamente los casos”, alerta.
Rigoberto Pérez, uno de los clientes que visita el Paseo, asegura que la apertura era muy necesaria y que existe un nivel de seguridad por la vacunación, por lo cual hay que aprender a vivir con la pandemia, buscando la mejora económica d todos.
“Hay que buscar el balance más adecuado, hay mucha indisciplina de la población, hay protocolos, medidas establecidas, y hay que cumplirlas, para evitar que se nos complique de nuevo la situación con la pandemia”.
Sin embargo, otros han sido más cautelosos, como el madrileño radicado en La Habana, Esteban Cobo, dueño del restaurante La Cocina de Esteban, en pleno corazón del Vedado capitalino, comenta que aún está buscando las materias primas y los insumos para garantizar una carta estable una vez que reabran el local.
“Próximamente volveremos a recibir clientes en el restaurante. Ya era hora de que se diera esta reapertura, hay muchísimos países que ya han abierto desde hace un tiempo este tipo de servicios, incluso en el Caribe, y Cuba tiene muchas más condiciones para garantizar que una vez que se abra se cumpla con todo lo que está establecido. Además, han sido muchos meses donde hemos estado prácticamente sin generar ingresos, solo gastos, de seguir así esta situación dos meses más, habríamos tenido que cerrar”.
Así, escalonadamente, los habaneros parecen ir retomando la cotidianidad de su vida diaria, en un escenario que aún no se puede definir como post-Covid-19, pero donde sí será necesario aprender a vivir con el virus, para mantener la vitalidad de los servicios y recuperar la economía.
