
La mediana empresa privada Consyba, del municipio holguinero de Calixto García, ha edificado ya un nombre con referentes entre los nuevos actores de la economía, máxime si se trata de los servicios de construcción e ingeniería.
Su aval está cimentado en diversas obras, reparación de viales y otras de impacto social, tanto en su territorio, como en el resto de la provincia oriental. La perforación de pozos, las soluciones creadas en la potabilizadora del municipio de Cueto, en el izaje de tanques, son intervenciones de la empresa para garantizar el abasto de agua con regularidad en varios poblados.
Tras poco más de un año de constituida continúa el desarrollo de la producción y comercialización de materiales para la construcción, el principal objeto social. El Proyecto de Desarrollo Local, junto a la empresa Médano, le ha facilitado la explotación de la cantera de la zona e impulsar el programa de viviendas.
Más allá de obtener el Premio en el diseño de su stand en la reciente Feria Comercial de Holguín, sus propuestas atrajeron la atención de empresarios de otros sectores y de visitantes extranjeros.
Y es que el espacio expositor permitió a Consyba presentar sus ladrillos ecomodulares. Se trata del resultado de una colaboración con la Universidad de Holguín, desde la sede local, que contribuyó con asesoramiento técnico e investigaciones.
De acuerdo con Yoandro Brizuela Peña, director comercial del emprendimiento, el producto es una mezcla de cemento en bajas proporciones; residuos de la obtención de arena, vidrio, recape de neumáticos, plástico, agua y otros desechos industriales, lo cual lo hace hasta seis veces más resistente que uno de los convencionales, en particular para levantar muros.
Bajo el concepto de economía circular, la empresa privada logra una amplia gama de insumos, entre los cuales destacan estos cuyos componentes reducen el costo de cualquier edificación hasta un 30 por ciento.
Para la fabricación del ladrillo fue necesaria la importación de una máquina, que en una jornada de ocho horas puede producir alrededor de dos mil 500 unidades de ese recurso de alto valor.
Económico y ecológico, el modelo permite el ensamblado de uno dentro de otro, e incluyen orificios para las conexiones eléctricas e hidráulicas. Los especialistas aseguran que es antisísmico, y que, además de reducir el uso de cemento y áridos, se puede mezclar con pigmentos y disminuir así la demanda de pintura. Tampoco requiere mano de obra especializada; y solo exige una película mínima de cemento cola para unirlos.
La incorporación de residuos contaminantes ambientales, inorgánicos, le otorgan un añadido a la fabricación del ladrillo ecomodular de Consyba. Este es un producto versátil, resistente y sencillo que le allana el camino de la economía y la garantía en el mercado.