El paraíso de los detalles

Cuando se atrevieron a abrir su negocio el 9 de septiembre de 2018, Claudia Hernández y Adrián San Gabino tenían miles de dudas y una sola certeza: Detalles Paraíso debía ser, más que una tienda de artesanías, el proyecto que les permitiera canalizar su creatividad.

Casi cinco años después, este emprendimiento familiar especializado en el trabajo con el papel ya ocupa un espacio por derecho propio en el mismísimo centro de la ciudad de Camagüey y en el corazón de sus clientes, que se declaran fanáticos de las producciones de Detalles Paraíso.

Postales alegóricas a diversas celebraciones y efemérides, marcadores, adornos para el hogar, agendas, libretas, álbumes fotográficos y los llamados scrapbook figuran entre las creaciones que estos jóvenes elaboran de forma artesanal con materia prima, mayormente reciclada y entregan en bolsas y cajas de papel, porque se niegan a promover el tan pernicioso empleo de la jaba de nylon.   

Tampoco se conforman con vender por vender, y por ello intentan a toda costa compartir con sus seguidores una filosofía de vida y de trabajo basada en el crecimiento espiritual, en el disfrute estético de los pequeños detalles, en la posibilidad de hacer único cada momento.

De esa idea surgió la llamada máquina inspiradora, una máquina de escribir que preside la tienda y en la que pueden hallarse mensajes éticamente estimulantes y estéticamente enriquecedores, y que funciona como leitmotiv para el negocio durante celebraciones como el Día de las Madres, de los Padres, los Enamorados, Navidad…

Tan satisfechos quedan sus clientes con sus producciones, algunas adquiridas al momento y otras creadas por encargo, que no escatiman en elogiar a estos magos del papel en las páginas que mantienen en Instagram y Facebook, dos escenarios donde Claudia y Adrián se retroalimentan constantemente. 

“No solo es un lugar para comprar lindos regalos, también alimenta el espíritu con su delicadeza y colorido; allí encuentro los detalles más bonitos”, suscribe Yilenis Pérez Sanabia, una de las seguidoras que el proyecto ha logrado conquistar a golpe de profesionalismo.

A ello se añade una intensa vocación comunitaria que ha permitido que este peculiar negocio organice concursos, rifas, se alíe a otros emprendimientos similares y estimule el buen gusto entre los camagüeyanos. Y no solo entre ellos, porque en todos estos años no han faltado los clientes que, desde provincias vecinas y hasta de otros países, han llegado al corazón de Camagüey buscando los detalles que hacen de este proyecto un paraíso único.