Mirar y sentir el mar a través de d.o.p design

Diorkys Osa estudió Literatura y Lengua Inglesa, y posteriormente Derecho; aunque para ella crear algo palpable, de resultados más inmediatos, siempre ha sido la contraparte a las horas de lectura y de preparación de algún texto. Hasta que llegaba una pausa y hacía algún trabajo manual, casi siempre con telas, maderas y pinturas. Siempre fue así hasta el nacimiento de su hijo.

“Me interesé entonces en conocer y dominar técnicas de restauración y en aprender sobre los diferentes materiales y sus posibilidades. Me adentré en la obra de los precursores del Bauhaus. El minimalismo está muy presente en casi todo lo que realizo”. Contó a Negolution la fundadora de d.o.p design, una marca que convierte velas para regata en bolsos.

Poco preámbulo y tres letras, que además de coincidir con las iniciales de su nombre, hacen un juego con la D y la P. Así surgió d.o.p, sin la intención de convertirse en un emprendimiento.

Una vez llegada la pandemia, llegó también pasar mucho tiempo en casa. Los primeros meses de cuarentena fueron un hervidero de ideas y entusiasmos creativos. Para mí fue la oportunidad de estudiar, de diseñar y convertir en bolsas unas velas que desde hacía algún tiempo tenía en casa y por diferentes motivos siempre lo posponía, relató Diorkys.

“Algunos amigos me animaron a compartir este trabajo que estaba haciendo con las velas. Fue una experiencia bonita, que me permitió  conocer e intercambiar con diseñadores, arquitectos y otros artistas, y con clientes de diferentes edades que tienen muchas interrogantes sobre los bolsos de vela.

“Fue una acogida interesante y comencé a plantearme crear algo más serio. En ese momento estamos. Escribo estamos, pero d.o.p. design es sólo una persona, aunque tengo el apoyo permanente de mi esposo, que me ayuda en algunos de los momentos del proceso”, añadió.

¿Cómo acceden a los materiales?

Las velas, sobre todo para las regatas, no tienen una vida náutica larga. Para lograr mayor efectividad competitiva, se cambian con frecuencia. Pero como material,  conserva sus cualidades. Es ligero, resistente, y muy hermoso. Trabajo con materiales técnicos, náuticos la mayoría. Todos son importados. Son materiales muy específicos, bastante peculiares y es bien complejo trabajarlos.

Actualmente, la marca posee dos colecciones: The Me y Notus. En ambas, los diseños son únicos. Aunque se repitan los formatos, las combinaciones son diferentes, lo cual también es un reto que disfruta la creadora.

“Notus es una línea colorida, versátil, donde combino materiales y texturas. The Me es más sobria, más náutica. En ambas líneas me propongo unir pasado y presente al usar técnicas de hacer muy tradicionales sobre materiales modernos, muy técnicos, donde recreo experiencias, emociones. La naturaleza es inspiración permanente”, precisó. 

¿Qué proyecciones tienen para el futuro?

“Creo que seguiremos siendo un emprendimiento íntimo, con diseños únicos, y ediciones muy limitadas. Prefiero atender personalmente a los clientes. Insisto en que deben ver el producto antes de adquirirlo. En el caso de las velas blancas, es un material upcycled, con huellas de uso, son velas que han navegado, que ya tienen una historia.

“Me parece importante que el cliente sienta el material, su textura y sus sonidos. Mirar al mar, y descubrir un velero es una sensación de libertad inmensa. De alegría. Es una imagen bella. Y eso intento: crear algo bello, pero también duradero. Me propongo crear con calidad. Pienso que la calidad es el pilar de la sustentabilidad. Más que en cantidad, debemos siempre crecer en calidad.

“Muchos seguidores y conocedores del proyecto me han expresado su deseo de ver los bolsos en un espacio. También es mi deseo.

“Me emociona muchísimo cuando alguien reconoce un bolso mío, se me acerca, y me deja saber que sigue el proyecto. Espero pronto lograr algunas presentaciones, son momentos que propician el acercamiento. Es muy interesante como cualquier mujer, de cualquier edad, puede apropiarse de los diseños y hacerlos suyos”.